EEUU: No les gusta que los espíen: más preocupación por las libertades civiles que por el terrorismo
x Juan Gelman
06/08/2013
Fuente: Página 12
Un 70 por ciento de la población sospecha que el régimen estadounidense
los espía a todos y usa esos datos con otros fines que la lucha antiterrorista
Se
asiste a un vuelco inesperado de la opinión pública en EE.UU.: cada vez
disgustan más los programas de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad
(NSA, por sus siglas en inglés) que Edward Snowden está dando a conocer por
intermedio del periodista Glenn Greenwald en el diario británico 'The Guardian'. Una reciente encuesta
del Pew Research Center revela que un 56 por ciento de la población opina que “los tribunales federales han fracasado en
poner límites adecuados a la recolección de datos telefónicos y de Internet por
parte del gobierno como un elemento de sus esfuerzos antiterroristas” (www.people-press.org, 26-7-13).
Otras opiniones apuntan en la
misma dirección, pero tal vez convenga antes señalar que Snowden usó una
estrategia diferente a la de Assange: brindó la información en exclusiva a un
solo periódico importante y no a cinco, como hizo el último; al parecer, sus
resultados son más contundentes y no sólo por la diversa densidad de lo que
cada uno filtró.
La mayoría de los encuestados
por el Pew Center, un 70 por ciento, sospecha que el gobierno espía a todos y
usa esos datos con otros fines que la lucha antiterrorista y un 63 por ciento
piensa que el gobierno acumula información sobre el contenido de las
conversaciones telefónicas y de los correos electrónicos y no se limita al
acopio de los llamados “metadatos”,
como afirman los funcionarios, es decir, sólo de los números de teléfono y de
las direcciones de email. Lo cual entraña un fuerte rechazo a las afirmaciones
oficiales en defensa de tales programas: que están sujetos a una supervisión
adecuada, que no se investiga el contenido de las comunicaciones y que su único
propósito consiste en reforzar la seguridad del país.
“Es
la primera vez en su actividad encuestadora sobre el tema, iniciada en el 2004,
que el Pew Center registra que la mayoría expresó más preocupación por las
libertades civiles que por el terrorismo”. Apoya esta afirmación en un
cuadro-síntesis de sus investigaciones: en el 2004, el 49 por ciento opinaba
que el gobierno “no había hecho lo
suficiente para proteger al país” contra un 29 por ciento que declaraba
exactamente lo contrario. En el 2013, las tendencias se invirtieron: el 47 por
ciento considera que el gobierno ha ido muy lejos en materia de restricción de
las libertades civiles contra el 35 por ciento en la posición adversa.
Se trata, en definitiva, de
dirimir si estas medidas de seguridad son más importantes que el derecho civil
a la privacidad personal. Hasta la mayoría de los interrogados que pertenecen
al ultraconservador republicano Tea Party juzga que al gobierno se le ha ido la
mano con los programas de la NSA: 47 por ciento contra el 35. Esta situación
repercute en los representantes y senadores nacionales. El miércoles 31 se
produjo un acalorado debate en la sesión del Comité de Inteligencia del Senado:
dirigentes de los dos partidos cuestionaron la veracidad de las informaciones
que la comunidad de espías de EE.UU. proporciona (www.theguardian.com, 31-7-13).
La NSA había afirmado que,
gracias al programa de acopio de datos telefónicos y al que se ocupa de espiar
los hábitos y el uso de las computadoras, se habían desbaratado 54 complots
terroristas. En la sesión del miércoles del comité senatorial, sin embargo, el
subdirector de la NSA, John Inglis, concedió que a lo sumo una sola conjuración
terrorista fue impedida merced al espionaje telefónico. Los senadores demócratas
Ron Wyden y Mark Udall, miembros del Comité de Inteligencia, siempre han
reiterado que no hay evidencias de que dicho programa haya servido para
detectar algún complot. La presidenta del Comité, la demócrata Dianne
Feinstein, declaró: “Pondríamos a la
nación en peligro si anulamos estos programas”.
El prestigioso periodista Dave
Kravets documentó la relación entre el apoyo a la NSA de muchos parlamentarios
con el dinero que reciben de las industrias del ramo contratadas por la Agencia
(www.wired.com, 26-7-13). En particular, señala Greenwald, los que presiden los
dos comités de inteligencia –Feinstein en el Senado, el republicano Mike Rogers
en la Cámara de Representantes– “son tan
absolutamente leales a la NSA... que habitualmente es imposible diferenciar sus
conductas, posiciones y comentarios de los que caracterizan a los funcionarios
de la NSA” (www.theguardian.com, 29-7-13).
Los jóvenes son los más
preocupados por la invasión de la privacidad que practica la NSA, según la
encuesta del Pew Center: una mayoría del 60 por ciento evalúa que el gobierno
se ha excedido en las restricciones a las libertades civiles con sus políticas
antiterroristas. No pocos parlamentarios han comenzado a pensar en sus
votantes.
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