México: Ni tan pacíficos el Peña, el Cué y el Pacto; bajita la mano encarcelan a los que luchan en serio
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Rebelión, 25/07/2013
1. Siguen los
encarcelamientos y asesinatos de luchadores sociales; nuevas denuncias en
Oaxaca demuestran que el racismo y los asesinatos del sexenio de Felipe
Calderón aún continúan. Al parecer las batallas de la Coordinadora de maestros
(la CNTE) han estado avanzando bien haciéndole ver al gobierno de Peña Nieto
que la Reforma Educativa que busca imponer es totalmente errónea y que la
propuesta de la CNTE –analizada y discutida por los maestros del país- es del
todo correcta. Sin embargo, mientras los maestros batallan en las calles, en
los foros y en debates para demostrar sus verdades, el gobierno reprime “muy bajita la mano” a los más activos
miembros de la CNTE. Inventar “violaciones
a las leyes” es lo más fácil del mundo en México; probar con testigos
pagados es facilísimo, pero hacer verdadera justicia es casi imposible en este
país.
2. La CNTE y el Frente
Amplio de Comunidades Marginadas del estado de Oaxaca (Facmeo) denunciaron que
hace más de dos meses cinco de sus integrantes fueron detenidos de manera
injustificada y posteriormente enviados a cárceles de máxima seguridad, como
represalia por su activismo político. En conferencia de prensa, familiares de
los detenidos señalaron que Mario Olivera, Leonel Manzano, Sara Altamirano,
Damián Gallardo y Lauro Atilano Grijalva fueron aprehendidos el 17 de mayo
pasado con lujo de violencia por un grupo de policías vestidos de civil,
quienes allanaron sus domicilios sin orden de aprehensión. Si a estos le
sumamos a otros presos luchadores sociales como David Venegas, podemos pensar
que el gobernador Gabino Cué es igual que el anterior gobernador fascista
Ulises Ruiz. ¿Podremos olvidar a este personaje?
3. Creo que no hay que
llorar por los compañeros presos porque la cárcel o la muerte sólo son momentos
de la lucha de clases; pero no puede dejarse de denunciar a la clase política y
empresarial que tratan así a quienes luchan por sus derechos. La historia del
mundo está llena de esos personajes cuyas convicciones han sido mucho más grandes
al resistir las tentaciones de poder y dinero que impone el capitalismo en el
99 por ciento de la población. Hemos tenidos a muchos Mandela y en México a
algunos Flores Magón que se han pasado décadas en las cárceles y han muerto
asesinados por los gobiernos criminales. Sin embargo, aunque no me gustan los
himnos ni creo en las “patrias”, el
himno cubano dice con razón: “Morir por
la patria es vivir”; así lo han pensado los luchadores sociales que como
los primeros cristianos, confrontan al enemigo sin miedo a la cárcel o la
muerte.
4. Ni la CNTE ni ninguna
organización puede despreocuparse por sus presos. Tiene la obligación de seguir
luchando por los intereses generales, por los objetivos concretos de sus
batallas, pero nunca olvidar a sus presos porque esa lucha es la muestra de que
se está en una organización responsable y humana. Los presos siempre deben
formar parte de los puntos de negociación o de canje y nada podrá llamarse
triunfo si no se liberan a todos los presos. Si nos derrotan a todos será más
difícil sacarlos, pero tampoco podemos dejar de exigir su liberación. ¿Y
nuestros muertos? ¿Valdrán poco los 500 muertos de los mejores tiempos del PRD
como para que hoy ande del brazo del PAN, del PRI, del gobierno, como si nada
hubiese pasado? Quizá por eso –por ese desinterés por los muertos y los presos-
muchos prefieren estar lejitos de las luchas de las organizaciones.
5. Recuerdo haber leído
hace unos 50 años un libro: “Reportaje al
pie de la horca” en el que Julius Fucik era un preso checoslovaco en los
tiempos de la segunda guerra detenido por la Gestapo alemana. Lo que más
recuerdo del libro es el pasaje en el que lo hacen caminar como cualquier
ciudadano entre cientos de gentes que un domingo se divertían, tomaban sus
helados, caminaban con su familia, sus novias, pareciendo todos felices; en
tanto él (Fucik) que luchaba por el pueblo, que se sacrificaba por los
trabajadores, era totalmente ignorado y sus policías le hacían ver que el mundo
era muy feliz mientras él estaba a punto de morir en la horca. Eso es lo que la
clase dominante trata de demostrar a los presos: que están solos, que sus
batallas justicieras no tienen perspectiva y que nadie hace nada por ellos. Por
ello nunca debe abandonarse a los presos.
6. Las denuncias contra la
clase opresora no deben limitarse ni abandonarse. Hoy muchos presos son
liberados de las cárceles por la acción de sus propios compañeros o se
secuestran a altos funcionarios o magnates para intercambiarlos; se han dado
casos de detener a los mismos policías para que liberen a quienes han detenido.
La realidad es que no me imagino otras formas que haya que usar. Pero lo que no
debemos olvidar es que las cárceles fueron construidas desde hace miles de años
como una poderosa arma de las clases dominantes para castigar a sus enemigos
del pueblo y, desde entonces las cárceles, los jueces, los tribunales, los
policías, se han encargado de llenarlas con la gente pobre y miserable, pero
sobre todo con los verdaderos luchadores sociales.
Rebelión ha publicado
este artículo con el permiso del autor mediante una licencia
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