El 1% de los mexicanos concentra el 43% de la riqueza. De 112 millones de habitantes, 52 millones viven en pobreza.
México tiene 145 mil millonarios y
2,540 multimillonarios (en dólares), de los cuales el 21.9% mantiene su riqueza
fuera del país.
La firma WealthInsigh, dedicada a investigar a las
personas más acaudaladas del mundo, publicó hace unos días un informe sobre los
individuos poseedores de más de un millón de dólares –sin incluir su residencia
principal. WealthInsigh cataloga a las personas que cumplen este requisito como
individuos de Alto Valor Neto Individual (HNWI).
La compañía reveló que en México hay
145 mil personas con patrimonios elevados (HNWI), y 2,540 con patrimonios ‘muy
elevados’ (UHNWI). Los estudios arrojaron también, que los mexicanos
millonarios superaron el promedio mundial en este rubro. Además, durante los
últimos cinco años, este sector aumentó en 32%, fenómeno reforzado, tal vez,
por la inclusión de funcionarios públicos que supieron drenar el erario.
A finales de 2012, los millonarios
mexicanos mantenían el 21.9 por ciento de su riqueza fuera del país. En México
existen 16 personas con más de mil millones de dólares, 252 individuos con más
de 100 millones de dólares y 2,272 con más de dos millones de dólares. Lo
anterior se traduce en que el 1.2% de la población, posee 43% de la riqueza
total del país.
La Ciudad de México es la que
alberga a más millonarios y multimillonarios en el país, seguida de Monterrey y
Guadalajara –las tres ciudades más grandes del país.
Para dimensionar la inequidad
implicadas en las cifras anteriores, cabe recalcar
que en México vive el hombre más rico del mundo, Carlos Slim con
una fortuna de 73 mil millones de dólares, quien se propulsó tras adquirir la
empresa telefónica paraestatal en condiciones ventajosas. México alberga
alrededor de 112 millones de habitantes, de los cuales prácticamente la mitad,
52 millones, vive en pobreza.
Cuando hablamos de desigualdad en la
distribución de la riqueza solemos pensar aquel “cliché” de que, indiscutiblemente los ricos le quitan a los
pobres. La realidad es mucho más compleja, pues lo anterior depende del tipo de
negocio y del tipo de rico. Lo que es un hecho, es que al gobierno le tocaría redistribuir
la riqueza, mediante el cobro de impuestos que se traduzcan en servicios,
priorizando a los históricamente desfavorecidos, en lugar de permitir y
propiciar la condonación fiscal de los que más ganan.
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