Eugénie Laclasse
El corredor eólico que se pretende implementar en el Istmo de
Tehuantepec estará al servicio de las grandes empresas y al servicio de los
pueblos de la región. “Lo que nosotros
sentimos como una agresión es que nada de la energía que se produce aquí en el istmo
es para el pueblo, ni siquiera es para los oaxaqueños. Si la energía fuera para
Oaxaca, no pagaríamos luz”, nos comenta un miembro de la Unión de
Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI), integrante de la
área “alternativas a la globalización”.
Nos cuenta también que al lado del parque eólico de La Venta —donde ya están
funcionando 104 aerogeneradores de 85 mega-watts, según la Comisión federal de
Electricidad— se encuentra una escuela… que no tiene luz. “Este proyecto es de exterminio, es de maldad, es de muerte. Yo rechazo
totalmente al proyecto eólico, esto le digo al gobierno”, denuncia un
pescador de la zona. Una integrante del Consejo de Ancian@s nos comenta: “Estamos inconformes de estar como esclavos
de ellos. No queremos ser esclavos de los españoles. Queremos ser un pueblo
libre. Tenemos que estar libres como antes, somos gente libre”. Cabe
precisar que si los pueblos istmeños se oponen a la construcción del parque
eólico, no están en contra de la tecnología sino de la forma en que se está
operando el proyecto. “Es una tecnología
que nos podría ayudar como Humanidad pero siempre y cuando no sea manipulada
para poder aniquilar a un pueblo entero”, aclara Carlos Sánchez,
coordinador de la Radio comunitaria Totopo.
En este contexto, se llevó a cabo el “Encuentro de pueblos en resistencia para la
defensa de nuestro territorio”, los días 4 y 5 de mayo en el municipio de
Juchitán. El encuentro tuvo lugar en la barricada que realizan los comuneros de
la séptima sección de Juchitán desde el 25 de febrero pasado para impedir los
trabajos de construcción del parque eólico Bi Hioxio, de la transnacional
española Unión Fenosa Gas Natural (UFGN). [ver reportajes publicados por SubVersiones
del 3 de
febrero, 4 de marzo y 12 de abril
del presenta año]. El evento fue convocado por las asambleas de Juchitán, San
Dionisio del Mar, San Mateo del Mar, Álvaro Obregón, junto con la Asamblea de
Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIIDTT),
la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI), el
Comité de Resistencia al Proyecto Eólico de Unión Hidalgo, el Grupo Solidario
La Venta, el Frente de Pueblos Indígenas del Bajo Mixe-Choapan-Oaxaca y las
radios comunitarias Huave, Xadani, Binnizá, Totopo, San Francisco del Mar, La
Otra Radio y Las Voces de los Pueblos.
El Encuentro permitió no sólo visibilizar los
múltiples abusos que sufren las comunidades istmeñas, sino también reforzar su
lucha y extender nuevamente un llamado solidario a todas las organizaciones del
país. Si las empresas transnacionales, con el apoyo de los diferentes niveles
de gobierno, no dudan en usar la fuerza para imponer sus proyectos, los pueblos
también desarrollan poderosas herramientas de resistencia, en particular las asambleas
y las radios comunitarias… que ahora enfrentan el hostigamiento y la represión.
Las empresas y las autoridades imponen sus
mega-proyectos
Uno de los métodos usados por las empresas para imponer sus proyectos es
la compra de consciencias. Según el representante de los pescadores de
Juchitán, “cuando llegan las empresas,
nos quieren dividir (…) Con el dinero
que trae el proyecto eólico, están tratando de dividirnos por una migaja”.
Las empresas se aprovechan de la falta de información y de pobreza que enfrentan
muchos habitantes de la región. Otro miembro de la UCIZONI aclara: “es que la necesidad, creo que no solo aquí
en el Istmo sino en todo el país, es tremenda. Hay personas que prefieren comer
hoy que pensar en el mañana: me dan 3000 pesos y me los gasto y a ver cómo le
hago. Jamás piensan en el futuro. Se han aprovechado totalmente de la
necesidad, de la marginación que hay en la zona”.
En cuanto a las autoridades públicas, no sólo
evitan dar respuesta a las comunidades para garantizar el respeto a sus
derechos como pueblos originarios, sino que participan activamente de la
imposición de los parques eólicos. El Estado mexicano ya había anunciado su
colaboración con las empresas transnacionales mediante la firma de acuerdos
internacionales, entre los cuales el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN) de 1994. A su vez, la reforma salinista al artículo 27
constitucional se realizó con el objetivo de lanzar al mercado la tierra
ejidal. “Dicen que el aire y el viento es
de la nación, pero ¿qué es la nación? La nación somos nosotros porque aquí
nacimos. Y ahora el gobierno federal se cree que es dueño de todo y empieza a
venderlo, a expropiarlo. ¡Esto está mal!”, denuncia el representante de los
pescadores de Juchitán.
Las autoridades locales también han sido
corrompidas. En el Istmo, las organizaciones denuncian el caso de la Coalición
Obrera Campesina Estudiantil del Istmo de Tehuantepec (COCEI). “Los integrantes fueron cooptados por el
Estado mexicano y son los principales dirigentes que respaldan la entrada de
los parques eólicos en las tierras comunales de Juchitán”, denuncia Carlos
Sánchez. El vocero de la Asamblea del pueblo juchiteco también alude a “las metamorfosis que sufrieron los que eran
nuestros dirigentes”, precisando: “nos
traicionaron realmente, se han convertido en gobierno, en diputados, senadores,
abandonaron la lucha campesina, abandonaron la lucha obrera, abandonaron la
lucha popular”. En muchas ocasiones son los mismos gobiernos locales los
que ofrecen dinero a los pobladores. El representante de los pescadores de
Juchitán nos aporta su testimonio: “empezó
a platicar el presidente municipal de que no iba a afectar el proyecto eólico,
y ahora que me dice: Habla con los pescadores, habla con ellos, a ver si puedes
convencerlos, después hablamos”. Luego nos precisa: “a mí ya me ofrecieron dinero, mucho dinero. Pero yo no por un plato de
comida me voy a vender, yo tengo dignidad y la dignidad no tiene precio”.
Las asambleas y radios comunitarias: respuestas
organizadas de los pueblos
Ante estos abusos, los pueblos istmeños también han desarrollado sus
propias herramientas de lucha y resistencia. Por un lado, manifiestan su
rechazo a los partidos políticos, de derecha y de izquierda, organizando sus
asambleas comunitarias como pueblos indígenas. Los acuerdos tomados al terminar
el ya mencionado encuentro confirman esta voluntad, ya que promueven la
realización de una campaña de “no al
voto” durante las elecciones estatales del próximo 7 de julio. Además ha
surgen nuevas propuestas encaminadas hacia una alianza de las asambleas
istmeñas con otras organizaciones del país. Rosa Rojas, periodista en La
Jornada, las menciona en un artículo del 5 de mayo de 2013: se trata de “participar en la construcción de un Frente
Único Estatal de lucha a convocatoria de la Sección 22 del Sindicato Nacional
de Trabajadores de la Educación, así como formar un frente regional de
organizaciones, además de fortalecer las asambleas comunales de los pueblos que
participan en el encuentro”.
Otra herramienta de lucha son las radios
comunitarias, amparadas jurídicamente por el derecho de los pueblos indígenas a
establecer sus propios medios de comunicación, garantizado por el artículo 2 de
la Constitución y por el artículo 16 de la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los derechos de los pueblos indígenas. Radio Totopo, la radio comunitaria
del pueblo de Juchitán, es una de ellas. Nacida en el 2006 como iniciativa de
comunicación comunitaria, siempre ha tenido como metas el fortalecimiento de la
lengua zapoteca y la difusión de programas informativos sobre el corredor
eólico que buscan apoyar a los pueblos en la defensa de sus tierras comunales.
Por ejemplo, Radio Totopo se encargó de la traducción al zapoteco de los
contratos de las empresas eólicas. De hecho, esta tarea era fundamental ya que
algunos comuneros, al no hablar el español y no tener traducción, habían
firmado los contratos de arrendamiento de sus parcelas en total desventaja y
violentando el derecho de los pueblos originarios a la información y a la
consulta, consagrado en la Constitución pero también en el convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Además del problema del idioma, la Asamblea de
Pueblos del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio hace hincapié en la
falta de información e incluso la desinformación que sufren los pueblos respeto
a los mega-proyectos. “Nadie ha platicado
de qué es el proyecto eólico, que contaminación, qué beneficios”, nos
comenta el representante de los pescadores de Juchitán. En este mismo sentido,
un miembro de la UCIZONI denuncia: “el
problema grave que sentimos es la falta de información que hay hacia las
comunidades (…). Hay una serie de afectaciones
que en los medios no se visibilizan, no se dan a conocer. De repente Televisa
dice que ‘el aire genera sonrisas’, algo
que es totalmente falso”. Además, “ha
habido una criminalización, un hostigamiento, un desprestigio de los luchadores
sociales, de las organizaciones por parte de los medios de comunicación
comerciales que todos están al servicio de las empresas. No puedes sacar una
nota a favor de la resistencia porque no te la dan”. Por ello, las radios
comunitarias ejercen una labor fundamental para los pueblos. Como lo declara
Carlos Sánchez, coordinador de la radio, “retomamos
el trabajo que el gobierno de la República, el gobierno de Oaxaca y el gobierno
municipal deberían de hacer: convocar a la consulta, dar información de qué
eran los parques eólicos y hacer una consulta”.
La radio comunitaria Totopo ha ofrecido su
espacio para que los habitantes organicen encuentros, actividades culturales,
proyectos de video comunitario, asesoría jurídica o académica, etc. En este
sentido, la radio ha tenido un papel importante en la formación de la Asamblea
en Defensa de la Tierra, y en la reconstitución de las asambleas comunitarias
del Istmo. Como lo cuenta Carlos Sánchez, “en
tres momentos la Asamblea popular del pueblo juchiteco se reunió en la
instalaciones de la radio comunitaria Totopo. Y mientras estaba haciendo las
reuniones, el número de los integrantes creció. Ya no había espacios en la
radio comunitaria Totopo y se pasó, a través del acuerdo de la asamblea, en la
explanada de la Santa Cruz de los pescadores”.
Las radios, blancos de represión por parte de
las empresas y del Estado
No cabe duda de que las radios permiten el fortalecimiento de los
pueblos y de su resistencia, y que por ello han sufrido actos de represión.
Según Carlos Sánchez, “la respuesta ha
sido la amenaza. Sabemos que las empresas eólicas están pagando a los sicarios
para poder intimidarnos”. Mientras unos son perseguidos, incluso mediante
órdenes de aprehensión, otros han sufrido ataques dirigidos específicamente
hacia los medios de comunicación comunitaria. El día 26 de marzo de 2013, las
instalaciones de Radio Totopo fueron irrumpidas por un grupo de personas que
desinstalaron la antena transmisora, el equipo de cómputo y el medidor
eléctrico de la estación. Carlos Sánchez, coordinador de la radio, ha recibido
amenazas de muerte junto con tres de sus compañeros. “Somos cuatro compañeros que recibimos amenazas de muestre, tres
compañeros varones y una mujer”. Radio Totopo no es la única estación de
radio comunitaria en el Istmo de Tehuantepec que ha sufrido saqueos y robos. El
miércoles 20 de abril de 2011, las instalaciones de la radio comunitaria del
municipio de San Francisco del Mar, Radio Huave, ya habían sido atacadas. El 21
de marzo de 2013, dos periodistas de Radio Voces de los Pueblos fueron
retenidos varias horas junto con dos reporteros de La Jornada. Poco
después, Filiberto Vicente Aquino, Coordinador de Radio Xadani, recibió
amenazas de muerte mediante una llamada telefónica.
Por sus propias características, las radios
comunitarias se han sabido defender utilizando el espectro electro-magnético. “Por ejemplo en Álvaro Obregón cuando fue la
represión, se le aviso al pueblo en general a través de la radio comunitaria
que está ahí. Gracias a esto no les desalojaron”, asegura el integrante de
la UCIZONI. Una anciana juchiteca nos explica también qué cuando destruyeron la
radio, “nos sentimos muy mal, porque ahí
es donde toda la gente sabe qué nos está pasando. Nos defendemos así pues”.
Para el coordinador de Radio Totopo, estos ataques ponen a prueba la fuerza
política de las comunidades. “Esta
información, este trabajo que está haciendo radio Totopo, va encaminado a la
autonomía de nuestros pueblos. Y encaminar un pueblo a la autonomía amenaza a
los intereses de los que controlan el país, amenaza a los intereses de las
empresas transnacionales. Porque un pueblo que es autónomo es un pueblo
poderoso y no es fácil que el gobierno de la república o las autoridades
decidan sobre el destino de las tierras”. Siendo coordinador de la radio de
su comunidad, Carlos Sánchez es también acusado de ser el “principal agitador” de la rebelión en contra de las empresas
eólicos y del Estado mexicano. No obstante, él mismo indica que a pesar de la
violencia del Estado, la gente no se ha desanimado. “Consideramos que es una medida de represión psicológica. Por lo tanto
nosotros seguimos en la lucha, estamos presente, estamos claros con lo que
estamos pidiendo: la expulsión de los parques eólicos de nuestras tierras
comunales”.
¡A las barricadas!
“Por esto pedimos a todos los pueblos que nos
apoyen, para que todo el pueblo sepa qué hace nuestro gobierno, este títere de
gobierno estatal, tanto federal, tanto municipal, no respeta a los pobres
porque ellos son ricos. No respetan los derechos de los pobres”, nos explica una anciana de la comunidad. La
gente sigue decidida a defender el territorio. “Tenemos el ánimo alto, alto, alto, porque sabemos que detrás de esta
barricada donde nos quedamos a dormir entre treinta y cuarenta [personas] cada noche hay un pueblo en vigilancia
constantemente. Ante una llamada, ante la presencia de la policía estatal en
este territorio, inmediatamente hacemos sonar los aparatos de sonido y la gente
acude a nuestra defensa poniendo barricada en todo el periférico. Sí nos
sentimos respaldados”, agrega el representante de los pescadores. “Como dice el dicho: Hay que morir para
vivir, y nosotros estamos dispuestos a morir para nuestros hijos”. ¿Pero
cómo ganar esta lucha asimétrica contra los poderes de arriba? Para el vocero
de la Asamblea del pueblo juchiteco es necesario “llamar la atención del gobierno y decirle: mira aquí estamos, están
las organizaciones que nos apoyan, están la gente, los medios independientes,
están con nosotros”.
Los días 5 y 6 de mayo, al arranque del “Encuentro de pueblos en resistencia para la
defensa de nuestro territorio”, la Radio Totopo acababa de retomar sus
actividades después de varias semanas de silencio. Gracias al apoyo de algunas
organizaciones, contaba ya con un nuevo transmisor. Ahora se espera que la
asamblea del pueblo juchiteco administre directamente la radio, lo cual sin
duda la fortalecerá en muchos aspectos. No obstante, como señala Carlos
Sánchez, la lucha apenas empieza. Si la represión del “mal Gobierno” sigue como va, él teme que la radio tenga se vea
obligada a operar desde la clandestinidad, a pesar de los derechos que la
amparan teóricamente. “Pero nosotros,
como Asamblea, vamos a luchar para que sea un espacio que esté abierto para
seguir prestando todos estos servicios a la comunidad”.
Ver video:
Somos viento - resistencia en el Istmo contra el
proyecto eólico de Mareña Renovables
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