Marduk Chimalli Hernández está preso
por un delito que el sistema de justicia mexicano no puede comprobarle, pero de
acuerdo con las leyes es culpable hasta
que demuestre lo contrario. Marduk es un estudiante de Comunicación Visual en
la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, y de Comunicación y Cultura en
la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), deportista y dibujante.
Su delito, como el de muchos, estar en el
lugar y el momento equivocados.
Marduk fue detenido el 15 de marzo de 2013 por elementos de la policía
del Distrito Federal, acusado de robo
agravado, y trasladado al Ministerio Público (MP), confundido con quien
realmente cometió el delito. Hoy espera sentencia en el Reclusorio Norte, a
pesar de una serie de irregularidades cometidas durante su proceso, como la
inexplicable desaparición de
videograbaciones registradas por las cámaras ubicadas en las calles aledañas a
donde se cometió el delito, y que son pruebas en su favor.
Se le acusa por robo de un celular y unos anillos, pero no hay elementos
que lo vinculen con el delito, salvo una primera declaración de la acusadora,
quien después intentó retractarse, pero fue amenazada por el agente del MP para
que no lo hiciera. Sergio Soto, abogado del estudiante, advierte que en la
ciudad de México cualquier persona se convierte en un expediente, puede ser
detenida arbitrariamente y ser convertida en culpable de un delito que jamás
cometió, pues existe un discurso de combate a la delincuencia que encubre lo
que hay de fondo, que es el control hacia el sector social conformado por los
jóvenes.
En el expediente se encontró, entre otras irregularidades, que el nombre
de la víctima está cambiado. De acuerdo con el documento, la mujer que se dice
robada es Mariana García Vía de Monte,
pero en el pliego de consignación el MP señala que es María de Los Ángeles Flores Cruz quien realiza la imputación directa y categórica contra
Marduk. Para Soto, esto significa que el MP está utilizando un machote, pero también se demuestra que
no es una institución de buena fe.
En el documento en que se acredita el día de la detención hay un limbo de tiempo en el que jurídicamente
no se sabe dónde se encontraba. El caso ocurrió el pasado 15 de marzo a las
23:20 horas. Sin embargo, el agente investigador señala que ocurrió el 16 de
marzo de 2013 a las 00:42. “Para nuestra
sorpresa –detalla el abogado– encontramos
que en el formato único puesto a disposición del MP y llenado por la policía
remitente fijan que el caso tuvo lugar el día 15 de marzo de 2013 a las 00:42”.
El argumento del juez para mantenerlo en prisión es que debido a que se trata de un estudiante
destacado en dos carreras y deportista, seguramente fue la adrenalina la que lo
llevó a robar.
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