¡La CNTE va! El movimiento magisterial defiende la educación pública, laica, popular, gratuita y obligatoria
Jueves, 16
Mayo 2013
1. El maestro no es cualquier trabajador –y eso el Presidente Enrique Peña
Nieto debería saberlo mejor que nadie, tal como ya he escrito varias veces- es
un trabajador de la enseñanza, un transmisor de la cultura y de
comportamientos. Sí es (con mucha dignidad) un obrero, un asalariado, un
servidor del Estado, un explotado, pero al fin un trabajador especial
porque está en contacto directo con niños, adolescentes y jóvenes, además de
sus padres. ¿Puede o debe el Estado sobajarlo, tratarlo con la punta del pie,
como si fuera un simple trabajador asalariado que no se le hace caso a pesar de
ser el creador de la riqueza que otros -la extrema minoría- disfruta
injustamente a manos llenas?
2. Hoy 15 de mayo, frente a docentes galardonados por sus años de
servicio, además de dirigentes del Sindicato (SNTE), el presidente Peña
Nieto reafirmó con todas sus letras, “el
carácter laico y gratuito de la educación que imparte el Estado”; también
dijo: “Que nadie pretenda confundir: la
educación no se privatiza ni se concesiona, porque es una función obligatoria
del Estado de mexicano”. Sólo le faltó subrayar que además la educación
debe ser pública, obligatoria y conservar su carácter popular; sin embargo,
desafortunadamente, no le creemos a don Enrique porque todos los presidentes de
la República han repetido ese lenguaje y han hecho lo contrario: abandonarla,
privatizarla, adoctrinarla.
3. La gratuidad de la educación es esencial porque –como reconoció Peña- “es función obligatoria del Estado”. Ya
lo decía el doctor Mora y Gómez Farías hace 170 años: “El Estado no puede dejar a los particulares la formación de la
conciencia ciudadana”; debe garantizar que todos los habitantes tengan el
derecho a la educación sin tomar en cuenta sus condiciones de vida. ¿En manos
de quien estaba la educación en México en 1833? Bajo el control del clero y de
los particulares. El Estado liberal, entonces revolucionario, tuvo que luchar
otros 40 años para arrebatar el control educativo a los conservadores e iglesia
y construir las Constitución de 1857, Las Leyes de Reforma y la Constitución de
1917.
4. La batalla por la gratuidad respaldada en el presupuesto público debe
ser el arma para enfrentar a la rampante privatización apuntalada por los
empresarios, la derecha, la iglesia y los medios de información. ¿Por qué desde
que se aprobó el Artículo Tercero Constitucional en 1917, que obliga a todos a
respetar la gratuidad y el laicismo, toda la derecha puso el grito al cielo?
Porque el desarrollo de la educación privada –apuntalada por cuotas
millonarias, subsidios y presupuestos públicos- siempre ha sido un enorme
negocio en México para particulares y políticos. Si bien el PRI del “nacionalismo revolucionario” mantuvo
más o menos la educación gratuita y laica en un 90 por ciento, hoy es sólo del
60.
5. No sólo se han fundado o abierto más escuelas privadas para hacer
negocios; también en las escuelas públicas se han impuestos planes y programas
privatizadores. No se necesita revisar datos estadísticos para probarlo: basta
con levantar la cabeza para ver que son cientos de miles las escuelas privadas
que hoy se anuncian en los medios de información y, también basta con ver que
en planes y programas se han eliminado o recortados materias y carreras
sociales y humanísticas para introducir orientaciones técnicas e ingenieriles.
Se ha puesto en los objetivos educativos la creación de estudiantes y
profesionistas que puedan competir entre sí, que puedan enfrentarse, sin
preocuparse en lo colectivo.
6. Hoy 15 han salido a marchar cientos de miles de maestros en la ciudad
de México y en por lo menos 20 estados del país. Es claro que el movimiento
magisterial de protesta contra la imposición de la llamada reforma educativa
está creciendo rápidamente. Entre tanto la ultraderecha panista, empresarial y
de los medios de información, presiona a Peña Nieto para que reprima a los
maestros. El gobierno quiere desbaratar las protestas pero no se atreve porque
teme que se hagan más grandes y compliquen más la situación del país. La
coordinación del movimiento debe entender mejor la situación para evitar el
oportunismo o la radicalización –por ahora- innecesaria.
7. Debemos estar claros que la educación no puede continuar en manos de
políticos y empresarios. Es indispensable que los maestros, los alumnos, los
padres de familia la tomen en sus manos construyendo mecanismo de participación
que garanticen que sus propuestas sean llevadas a la práctica. ¿Quién más que
ellos pueden conocen mejor la situación en que se desenvuelven? ¡Qué
maravilloso que la CNTE, después de 30 años –como lo hizo en 1989- ahora
esté demostrando nuevamente su fuerza y su crecimiento en por lo menos 10
estados más! Los charros incondicionales de la maestra Gordillo no parecen
dispuestos a plantear nada; su misión es obedecer. Soy CNTE desde que se fundó;
fui representante en 1989 y hoy un simple defensor de sus posiciones.
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