7-4-2013
Sería muy fácil,
considerando la historia de los Estados Unidos de Norteamérica, describirlo como un país "guerrero".
Y aun cuando esa descripción sería técnicamente correcta, podría ser errónea, porque
ignora las fuerzas sociales que llevan a los norteamericanos a la guerra.
Principal
entre esas fuerzas son los medios de comunicación, porque ellos proveen la
narrativa que centra la racional para la guerra. En segundo lugar es el papel
del Estado, porque el Estado también da forma a
esa historia.
Finalmente,
y quizás lo más importante, es el papel de
las corporaciones y de sus cabilderos, que pueden ser muchas veces vistos como
los motores reales de la guerra.
Porque en
toda guerra, no importa la razón que se le dé,
negocios (o grupos de negocios) hacen dinero de la miseria y de la carnicería
de los conflictos militares.
Hace mucho
tiempo, durante la Guerra Civil (que también es
la guerra más sanguinaria de los Estados
Unidos), vimos aparecer grandes compañías de carne norteamericanas -primero
para alimentar las crecientes multitudes de soldados- después para alimentar los millones de consumidores que
estaban aprendiendo las delicias de la carne enlatada.
Fábricas de armas, de municiones, fábricas de aviones, diseñadores de bombarderos; y
–¡voila!– sin que se dé cuenta, está
en el país del complejo-militar-industrial.
La guerra es
un negocio extremadamente grande y lucrativo; y cuando no estamos atareados
usando las armas contra "enemigos" en el extranjero, las
estamos vendiendo a los que llamamos nuestros "aliados" para
que las usen para represión interna o para las constantes guerras de límites
entre países vecinos.
Por todo su
hablar de "paz" y "estabilidad", los Estados
Unidos es, sin lugar a dudas, el mercader de armas más
grande del mundo, y siembra destrucción en todo el orbe.
Y los
miembros del Congreso norteamericano no son más
que cabilderos del complejo militar-industrial --cabilderos tanto durante su
tiempo de congresistas, como después cuando ya
han dejado el Congreso.
Mientras se
cierran escuelas en ciudades importantes de los Estados Unidos, (Chicago,
Illinois, Filadelfia, Pensilvania y Oakland, California, por ejemplo), y se
clausuran las bibliotecas, armas de guerra llenan ahora los departamentos de
policía locales --para ser usadas en la más
reciente pseudo-guerra: el terrorismo.
Al preparar
los fuegos para las guerras del mañana, cerramos las puertas al saber y a la
razón.
--© ‘13maj
Traducción libre del inglés enviado por
hecha en Refugio del Rio
Grande, Texas.
Comentarios