Escrito por Impune Mex
Lunes, 08 Abril 2013
Antes, durante y después de la aprobación de la reforma educativa, el
linchamiento mediático contra los maestros del país no se hizo esperar, con los
medios de comunicación y grupos empresariales como sus principales promotores.
Día tras día hemos escuchado los argumentos del gobierno con el objetivo de
obtener apoyo popular para su reforma; difícilmente escucharemos la versión de
los profesores del país, mucho menos si pertenecen a grupos disidentes como la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Con toda esta parafernalia
mediática, se busca culpar a los maestros de todos y cada uno de los rezagos
educativos del país, sin tomar en cuenta que las políticas educativas de las
últimas décadas han sido impuestas por la misma clase política que hoy se erige
como paladín de la justicia. Elba Esther Gordillo, fue en muchos sentidos un
instrumento del poder para controlar y cooptar la organización sindical del
magisterio; en cuanto planeaba oponerse a esta reforma (por no ser tomada en
cuenta más que por interés en los maestros), fue encarcelada para mandar un
mensaje a todo aquel que quisiera oponerse.
Por años los maestros de la
CNTE han sido perseguidos, desaparecidos y satanizados por reivindicar la
lucha social. Ellos han sido la primera línea de resistencia cuando el gobierno
pretende socavar los derechos laborales de los profesores. Ahora, si mayor
debate se pretende poner a la opinión pública en contra de estos profesores,
usando como argumento el hecho de que sus formas de lucha son nocivas para la
mayoría, siendo que, precisamente, su oposición a la reforma no es sólo por sus
intereses, sino el de todos los niños mexicanos que recibirán los efectos de
esta y otras reformas.
Bloqueos, plantones y marchas
(todos pacíficos) se han realizado para forzar a un gobierno sordo a dialogar,
los maestros, a pesar de tener vínculos con organizaciones campesinas de
inclinaciones socialistas y marxistas, nunca han optado por las armas o la
violencia como método para solucionar los problemas educativos. Sin embargo,
tampoco han sido dóciles ante los atropellos de gobiernos a todos los niveles;
y es por esto que se les busca eliminar.
La lucha no es sólo de los
maestros, y dejarlos solos en ella equivaldría a dar un cheque en blanco al
gobierno de Peña Nieto para lidiar con la disidencia.
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