Pijamasurf, 12-04-2013
El
lingüista e intelectual estadunidense Noam Chomsky ha vuelto a criticar la
estrategia de Israel para reducir la moral de los palestinos en el conflicto de
la franja de Gaza, denunciando además la tácita complicidad de Estados Unidos
al gobierno de Israel así como de Canadá, Australia y la Unión Europea.
En una conferencia sobre Edward Said y el
neocolonialismo, Chomsky explicó que el imperialismo utiliza tácticas como la
humillación y el terror de manera sistemática como una suerte de asedio
simbólico que provoca el desgaste contra las poblaciones que desean subyugar.
Sin embargo, en la franja de Gaza Israel se encuentra frente a una población
que se rehúsa a dejar de lado su dignidad y su derecho a vivir en paz.
Chomsky cuenta el caso de una mujer de 87 años,
presa en una prisión de Gaza. Antes de que la mujer fuera expulsada por las
fuerzas ocupacioncitas de Israel, poseía una casa, granjas y tierra. La nieta
de esta mujer, Ghada Ageel (refugiada en Canadá cuando la ocupación) visitó a
su abuela en noviembre pasado: “Ella
estaba inusualmente feliz. Sorprendida por su gran espíritu, le pedí una
explicación. Me miró a los ojos y, para mi sorpresa, me dijo que ya no estaba
preocupada”, pues su pueblo natal y la vida que había conocido antes se
habían perdido irrevocablemente.
La tierra natal, dijo la anciana a Ageel, “está en tu corazón, y también sé que no
estás sola en tu viaje. No pierdas el valor. Ya casi llegamos”.
Israel ha sofisticado también sus métodos para
quebrar el espíritu de los palestinos: mientras estos han desarrollado métodos
caseros para evitar los nocivos efectos del gas pimienta usado por los
israelíes durante las protestas, el gobierno de Tel Aviv ahora utiliza aviones
para rociar gases tóxicos sobre los manifestantes. La represión y la violencia,
a decir de Chomsky, “buscan minar la
dignidad a través de la humillación”, pues “la necesidad de humillar a aquellos que alzan la frente es un elemento
insustituible de la mentalidad imperial”.
Esa distancia entre opresores y oprimidos es,
para el intelectual, una barrera mucho más poderosa que la barrera física que
separa a los desplazados de Gaza del lugar que una vez llamaron hogar. Chomsky,
sin embargo, enfatiza que “no está más
allá de la imaginación el que la barrera pueda caer trabajando en ello, como se
ha hecho en otros lugares”. Chomsky sentencia: “A menos que los poderosos sean capaces de aprender a respetar la
dignidad de las víctimas, las barreras irremontables permanecerán, y el mundo
será dominado por la violencia, la crueldad y el amargo sufrimiento”.
Más información: AlterNet
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