Compañeras
y compañeros:
Queremos compartirles algunas reflexiones generales de cómo es que tratamos
de entender lo que pasa en el marco de la lucha por la educación pública y de
calidad, para todas y todos.
La actual dinámica de
acumulación que el sistema capitalista opera, pretende abarcar todos los
aspectos de la vida. Su lógica de producir mercancías ocasiona distintas
reacciones y efectos al interno de las sociedades.
Hoy de nueva cuenta, la
educación está en la mira de este sistema que desprecia la vida.
La reforma que pretende imponerse en los Colegios de Ciencias y
Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México es muestra de ello.
Sin consultar a los directamente afectados, es decir, a las y los estudiantes,
se crean planes de estudios que apuntan a una formación que cumpla con los
estándares de “eficiencia” y competencias. En suma, la política de
privatizar un derecho como lo es la educación tiene un nuevo capítulo.
Muchos son los métodos que se
emplean para instrumentar el totalitarismo: campañas de desprestigio desde los
medios de comunicación, uso arbitrario de instancias como el Tribunal
Universitario, promoción de la confrontación entre la comunidad universitaria
por medio del irregular acopio de firmas, conformación de grupos porriles y de
choque, utilización ilegal e ilegítima del aparato judicial del Estado como las
mal llamadas procuradurías de justicia y de derechos humanos, así como la
autodenominada fuerza pública y el ejército federal; en suma, de manera
sistemática se violenta la autonomía universitaria, criminalizando también la
legítima protesta social.
Esta represión es implementada
desde la burocracia universitaria, siendo la figura del rector, el principal
operador político de algún grupo de poder, en este caso José Narro Robles,
destacado militante del PRI, fue de los que en las huelgas estudiantiles de
1987-88 y 1999-2000 pugnaba por mantener una política privatizadora en la
máxima casa de estudios, fue de los que respaldó la entrada del ejército
federal vestido de Policía Federal Preventiva en el 2000. En sus primeros años
como rector mantenía un discurso "crítico"
al gobierno de Felipe Calderón, mientras que abría espacios al entonces
(des)gobernador del estado de México Enrique Peña Nieto; en las últimas semanas
anunciaba que la “comunidad
universitaria” (así sin más) se “sumaba”
a la farsa esa de la "Cruzada contra
los Pobres”; contra lo que se pueda pensar, en la UNAM, como en el resto
del país, el PRI, nunca se fue.
Frente a esto, como en 1968,
como en 1987, como en 1999, ahora en el 2013 las y los estudiantes vuelven a
levantar la bandera de la educación pública y gratuita y con ello se torna
indispensable abrir el diálogo entre estudiantes, trabajadores y académicos;
los problemas de la UNAM tienen y deben ser resueltos entre todas y todos los
universitarios, no desde una burocracia que sólo responde a intereses privados.
Las recientes movilizaciones
desde los CCH's y las Preparatorias, son un síntoma de la profunda crisis de
legitimidad y credibilidad que tienen las instituciones en este país, la UNAM,
en este sentido, no es la excepción. Muchos fueron los llamados al diálogo por
parte de las y los estudiantes y la repuesta de las autoridades fue la cerrazón
al mismo.
Lo que está en juego son dos
formas de entender la resolución de conflictos; por la vía policiaca y judicial
con la que amenaza rectoría o la vía de la organización y el diálogo entre
iguales que es necesario construir.
La toma de Rectoría es el
reflejo de la cerrazón por parte de las autoridades universitarias a las justas
demandas de los estudiantes de los CCH’s.
Por ello queremos decirles a
las y a los estudiantes que mantienen la toma de la Rectoría, a aquellas y
aquellos que solidariamente han montado un plantón en contra de las amenazas de
represión, al movimiento estudiantil que comienza de nueva cuenta a articularse
y a las asambleas convocadas por los propios estudiantes que no buscan más que
una solución por medio del diálogo; a todas ellas y todos ellos sepan que no
están solas, que no están solos.
Desde la Red contra la
Represión y por la Solidaridad abrazamos la lucha por la defensa de la
educación pública, gratuita, científica y popular; denunciamos que una vez más
la clase política (PRI, PAN, PRD, PVEM, PT, PANAL, Movimiento Ciudadano), los
medios de comunicación, el Gobierno del Distrito Federal y el gobierno federal,
han implementado un clima de persecución, linchamiento y provocación, al
interno de un conflicto que sólo puede y debe ser resuelto por la comunidad
universitaria; lo que se busca es seguir una ruta crítica por parte del Estado
mexicano para justificar la represión.
No dejaremos pasar la
injusticia que nos toca a todos, no son pocas las veces que los movimientos
estudiantiles han hecho de este país algo más justo, libre y democrático; lo
que atañe a las y a los universitarios nos convoca a todas y a todos los que
luchamos por una vida digna, donde la educación sea un derecho y no un
privilegio.
Por ello llamamos a todas las
personas de buen corazón a que se pronuncien y junt@s revirtamos la campaña
mediática de linchamiento en contra de l@s estudiantes y difundamos sus justas
demandas.
Sabemos, conocemos y
respetamos sus formas y modos de lucha, nos reconocemos en esas diferencias y
desde nuestros modos, nuestras formas y nuestras trincheras estamos con
ustedes. Nuestros pasos son de acompañamiento, de solidaridad y compañerismo.
Porque sin la raza, ¿cómo hablará el espíritu?
¡NUNCA MÁS LA POLICÍA FEDERAL
EN LA UNAM!
¡ALTO A LA
CRIMINALIZACIÓN DE LA LUCHA ESTUDIANTIL!
¡POR LA RESOLUCIÓN DE LAS
DEMANDAS EN LA VÍA DEL DIÁLOGO!
¡SÍ A LA
AUTONOMÍA UNIVERSITARIA!
Contra el despojo y la represión... ¡la Solidaridad!
Red
contra la Represión y por la Solidaridad
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