sursiendo.com, 11-04-2013
El
próximo sábado 13/04/2013 5pm se celebra el III Rally de Danza Espontánea con
intervenciones coreográficas en distintas plazas públicas de México, como una
forma más de artivismo.
Arte y sociedad han caminado
juntos desde… La influencia que ejerce la sociedad en el arte ha sido más
directa y visible. A la inversa solo en algunas ocasiones el arte ha propiciado
cambios sociales y ha logrado crear nuevos imaginarios.
Más allá de esta afirmación general, a estas
alturas de la historia si resulta difícil definir qué es arte y qué es social
(o político) su confluencia en el artivismo lo será aún más. Por
eso nos hemos propuesto describirlo con algunas de sus representaciones
mexicanas. Debajo de esta (no tan) nueva manifestación subyacen además
novedosas formas de enfrentar la realidad. Desde sus comienzos (asociados al net-art)
el artivismo ha sido una herramienta de crítica y movilización que rompe
la linealidad de la política tradicional y reconcilia el arte con lo social,
con la vida en todas sus formas. Nos sacude, nos desestructura.
En estos casos la representación es
indispensable. Muchas veces la ficción sirve para abordar asuntos complejos que
de otra forma serían difíciles de abordar. En cambio usando la forma ficcionada
resulta más fácil romper códigos férreamente establecidos. ¿Qué puede y qué
no puede ser ficción? Aquí, como en las definiciones del arte creemos lo que
vale la intención con la que nace una acción.
Roland Barthes decía que ¿Acaso la mejor
subversión no es la de alterar los códigos en lugar de destruirlos?
Subvertir códigos, recrear imaginarios, ocupar espacios. Eso parece ser lo que
propone el III Rally de
Danza Espontánea que se realizará el próximo sábado 13 de Abril
a las 5pm y en el que se han enredado este año el Colectivo Relativo y el Chilacayote Collective. En el camino han extendido el
virus por 8 ciudades: Guadalajara, Matehuala, Mérida, México D.F., Puebla,
Querétaro, Tuxtla Gutiérrez y Xalapa.
El objetivo de la propuesta es festejar el
cuerpo y alterar la arquitectura urbana y la cotidianeidad. Para una de las
organizadoras “el Rally surgió de una
necesidad de tomar las plazas con el cuerpo, tiene dos motivos, por un lado
decir ‘todos tenemos un cuerpo que puede decir cosas’ y por el otro ‘las plazas
son nuestras, de todos, y podemos bailar en ellas’. Se trata también de generar
acciones que saquen a los peatones del cotidiano, de ir por la plaza y ver de
pronto a 10, 15 o 20 personas haciendo todas una misma acción y detenerse un
segundo a preguntarse ¿qué está pasando aquí?”
En ese detenerse a pensar parece estar encerrado
una de las metas del artivismo, aquella que intenta hacer una llamada de
atención al espectador para moverlo de ese lugar pasivo de ver la
acción a la que el arte económico nos condiciona desde hace décadas.
Nos invita a dejar de mirar para vivir la imagen. Ocupar los espacios
públicos en este contexto mexicano de creciente privatización de las calles,
plazas, parques, etc. no es poca cosa.
Hay muchos casos de artistas mexicanos cuyas
propuestas realizan denuncias sociales, culturales o políticas con la intención
de recuperar la función social del arte. Allá por los años ’80, después del
terremoto que sacudió fuertemente a la Ciudad de México dejando a miles de
familias sin vivienda conocimos a SuperBarrio, un ciudadano colectivo que permitió la reconstrucción de las
áreas centrales de DF. Quizás la clave de este superhéroe radicó en su
anonimato: no importaba quién estaba detrás de la máscara, lo importante es que
aglutinó un sentir colectivo: SuperBarrio
éramos todos y todas.
En 2011 el aumento de la violencia autoconvocó
al colectivo Paremos las
balas, pintemos las fuentes a una acción a través de la cual
tiñeron de rojo diversas fuentes de la capital nacional. Luego llamaron a
bordar un memorial por las víctimas del narcotráfico.
En el paso año electoral (uno más de esos
convulsionados que vienen siendo estos procesos en sexenios precedentes) nació Arte por la izquierda
a quienes no les interesaba definirse o afiliarse “en cambio sí irrumpir en lo público. El arte para hacer política no
necesita de lo político: por eso salimos a la calle”. En su web
se presentan diciendo que “Hay un fraude
que parece elección” y con la intención de ponerle el cuerpo a esta
afirmación realizaron varias acciones, una de las más conocidas sea quizás la
realizada durante la Marcha contra
la imposición con el Contingente Naranja: los manifestantes
vestían de ese color y cargaban reproducciones gigantes de monederos electrónicos
de “SoPRIana”. En el camino además, asfixiaban a personalidades
retratadas en diversos monumentos públicos de Ciudad de México con bolsas de
Soriana (nota para lectores foráneos: la cadena de maxitiendas Soriana, una de las más grandes de
México, financió la campaña de Enrique Peña Nieto y a la vez compró
voluntades, o sea, ayudó a concretar el fraude electoral).
Este tipo de proyectos colectivos entienden el
arte como relación social a la vez que ponen en evidencia que ser un artista
es solo una etiqueta y cualquiera puede serlo. El artivismo propone
reapropiarnos de nuestras vidas y ser de maneras diversas, explorar otros
sentidos del concepto de arte, ampliarlo, adicionarlo, acercarlo y a la vez
reclamar las calles como propias. Para el III Rally “el espacio público es ese en el que caminamos todos los días, el
paisaje urbano al que estamos acostumbrados y que difícilmente cuestionamos o
reflexionamos. El Rally busca reapropiar este espacio, plantarnos en el espacio
real (sin escenarios o plataformas) e inundarlo con cuerpos. Es una especie de
protesta discreta: las plazas son nuestras, de los ciudadanos, y bailamos en
ellas, o caminamos lento o dibujamos nuestros nombres con la nariz si decidimos
hacerlo”. Así “permite que los
participantes vean sus plazas de otra manera, que las sientan un poco más suyas
porque pueden plantarse ahí y bailar”. Si todas y todos tenemos un cuerpo
¿por qué no darle diversos usos? ¿quién dice que unos pueden bailar, jugar,
construir y otros no?
Estas formas resistencia del arte
configuran una estética socialmente comprometida y como tal no es de extrañar
que su vinculación busque hacer lazos. “El
Rally es sobre el espacio, pero es también sobre la generación de redes y
comunidad, ahora somos 8 ciudades, en algunos casos el enlace es con gente
a la que no conocemos personalmente, si no que conectamos por redes sociales, y
hacemos un pequeño voto de confianza mutuo para colaborar en esto. Cada quien
con su manera de entender el Rally, desde sus posibilidades de accionar, y ese
es ya un ejercicio de comunicación, tolerancia y colaboración”.
Existe cantidad de nuevas formas de ocupación
del espacio público y de nuevas maneras de entender la acción política, las que
van de ponerle el cuerpo y sacarlo a la calle son de las que más no gustan
porque plantean responsabilidades políticas compartidas y lúdicas,
porque nos permite inventar(nos), socializar(nos), conflictuar(nos).
En el programa de Metrópolis Activismo y
Ficción, Amador Fernández Savater dice que la ficción política
hace tres operaciones: la primera crea un nombre o un personaje colectivo que,
la segunda, produce nueva realidad y por último interrumpiendo la realidad que
existe.
Una gran forma de interrumpir una realidad es
cuestionar la que existe sobre nuestros cuerpos, signados y cargados por gran
cantidad de representaciones sociales que nos imponen ser una cosa o la otra.
Solo dos alternativas, solo dos opciones, solo dos maneras y aunque el discurso
bipolar ya chirríe en los oídos de unos cuantos aún sigue vigente en
gran parte de nuestros imaginarios. Apropiarse de los símbolos y signos que
pesan sobre nuestros propios cuerpos y proponer su reinterpretación,
alteración y posterior reinserción en los imaginarios sociales (así sea con
acciones simples) también es “cambiar las
cosas”, también es decir “este cuerpo
es mío”, también es elegir cómo ocupar el mundo, los espacios y las
relaciones que establecemos.
Puede que el próximo 13 de Abril se encuentre
con un grupo amorfo de personas moviéndose a toda velocidad de una plaza a otra
de su ciudad para intervenirlas. Serán acciones concretas, sencillas y rápidas.
Serán acciones que inviten a ser realizadas por la mayor cantidad de gente
posible. Estas acciones además de tener un mensaje claro de inconformidad con
las políticas estatales tendrán otro subyacente: son de autoría colectiva,
no le pertenecerán a nadie a la vez que nos pertenecerán a todos y todas.
Serán replicables (y desean serlo), serán remezclables y propondrán narraciones
grupales que alterarán códigos y signos establecidos. Harán que la rueda del
arte para la vida siga girando.
No pueden decir que no les avisamos. El próximo
sábado podremos poner el cuerpo y pasárnosla bien al mismo tiempo.
¿Quiénes
somos?
Somos un colectivo de personas
inquietas y comprometidas con distintas procedencias que actualmente habitamos
en Chiapas, México.
Como SurSiendo nacemos a inicios de
2011, confluyendo trayectorias de trabajo en activismo, comunicación, diseño,
educación, arte y gestión cultural.
Queremos aportar al cambio social
desde la defensa de los bienes comunes y el procomún, a través de una
participación equitativa y creativa, que incluya una perspectiva de género,
apoyándonos en la educación y la comunicación popular.
Estamos en construcción permanente
buscando espacios de reflexión, estudio y análisis para producir contenidos
emancipadores que estimulen la intervención social. Con un esquema abierto y
flexible acompañado por el desarrollo de una profunda interacción y discusión
con las diferentes teorías existentes que nos acerque a nuevas posibilidades de
resistencia o construcción de libertad.
Sursiendo, conectando, enlazando, uniendo
teorías y prácticas que contribuyan a la construcción del tejido social con las
miradas del Sur…
Declaración de Intenciones
Creemos que las construcciones colectivas
de saberes y su realización a través de tareas compartidas nos fortalecen en el
trabajo por mundos inclusivos y tolerantes.
Defendemos los espacios en los que se practica
la horizontalidad y los intercambios de los conocimientos de cada quien.
Apoyamos la creación y fortalecimiento de
articulaciones que fomentan los bienes comunes que nos permiten vivir
dignamente.
Proponemos trabajar en la reapropiación de sentidos,
costumbres y bienes que resignifiquen nuestros modos de vida y nos permitan
convivir en armonía con nuestros entornos naturales y sociales.
Para caminar de la única forma que sabemos hacerlo: juntos y juntas.
Para caminar de la única forma que sabemos hacerlo: juntos y juntas.
Antecedentes
Provenimos de diversos mundos:
Participamos en centros
sociales, estudiamos la gestión cultural, aportamos al conocimiento
libre, construimos en comunicación alternativa,
integramos organizaciones ecologistas, formamos parte de movimientos
sociales, usamos y fomentamos el software libre, aplicamos el diseño social,
venimos del activismo urbano, nos introdujimos en la investigación
social, practicamos el audiovisual y la difusión
escrita…
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