En el mes de febrero la Policía Municipal de Mérida convocó a
diversas organizaciones de la sociedad civil, del ámbito académico y a quienes
quisiesen participar, al “Foro de
Análisis Sobre el Fenómeno Social del Trabajo Sexual en la Ciudad de Mérida”.
El objetivo de dicho foro se supone que es conocer el punto de vista de
personas expertas en el tema y en base a las conclusiones a que se lleguen será
el actuar de la Policía Municipal en torno al trabajo sexual.
Por principio la idea no
sonaba nada mal, ya que es verdad que muchas mujeres que se dedican al trabajo
sexual son víctimas de explotación y trata de personas, un mal que urge
prevenir, sancionar y erradicar, sin embargo otras no lo son pero sí están a merced
de extorciones y hostigamiento por parte de los propios policías municipales.
De acuerdo con los medios de
comunicación locales se enviaron un total de 18 ponencias que las
organizaciones y las ciudadanas y ciudadanos particulares elaboraron sobre el
tema. Según la convocatoria dichas ponencias debían ser leídas por
miembros del comité organizador. Inclusive presentaron las líneas temáticas que
se abordarían. Sin embargo, lo que no decía la convocatoria es que las
ponencias pasarían por un filtro de selección y sólo algunas se presentarían.
Tampoco especificaba la fecha y hora del foro, simplemente ponía una fecha
límite para ser enviadas.
Una representante de las
organizaciones ciudadanas que enviaron una ponencia comentó que al pedir
informes acerca de la fecha se les informó que dependiendo del número
de ponencias se decidiría si serían una o dos sesiones, sin embargo, ya no
supieron nada más hasta que por la prensa se enteraron del día y hora del foro.
En los periódicos locales se
anunció dos días antes la realización del foro, el cual se llevó a cabo en el
Centro Cultural Olimpo el día 12 de marzo a las 11 de la mañana. Y de acuerdo a
las organizaciones y personas que participaron se les confirmó de igual manera
unos días antes, cabe mencionar que a quienes no seleccionaron sus ponencias no
se les avisó hasta el momento en que se presentaron al foro, causando
malestar en una de ellas que pidió retirarán su ponencia y su nombre,
marchándose del lugar. En ningún momento se aclaró quienes hicieron la
selección de ponencias y bajo qué criterios se eligieron las que sí
participaron.
Casi todas las participaciones
coincidieron en la necesidad no criminalizar el trabajo de sexual, algunas
exhortaron abordarlo desde la óptica de género y derechos humanos ante la
urgencia de garantizar el derecho a procurarse el sustento y a la salud física
y emocional de las personas que se dedican al trabajo sexual. Incluso, la
participación del representante de la Comisión Nacional de Derechos Humanos
(CNDH) se enfocó en la necesidad de respetar la libertad para ejercer el
trabajo sexual y la protección de los derechos de todos y todas.
Solamente un participante condenó el trabajo sexual desde un punto de vista de “valores morales y familiares”.
Simulaciones
Al momento en que se dio la bienvenida al foro estaban presentes algunos
funcionarios municipales y de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de
Yucatán (CODHEY), el Director de la Policía Municipal de Mérida y algunos
policías uniformados y otros de civil. Sin embargo, llamó la atención que no
estuvo presente ni el Presidente Municipal de Mérida, Renán Barrera,
ni el titular de la CODHEY, Jorge Victoria, e incluso sus representantes
se retiraron al momento que empezó la presentación de las ponencias. Tampoco
estuvieron presentes diputadas y diputados locales.
Fue muy lamentable que el
representante del Presidente Municipal tomara la palabra para “alabar” la labor de la Policía
Municipal, cuando han sido constantes las denuncias de acoso, extorciones y
detenciones arbitrarias por parte de la policía de Mérida hacía las
trabajadoras sexuales, de hecho este tema fue abordado dentro del mismo foro
por una ex trabajadora sexual quien relató las violaciones a sus derechos
humanos por parte de la policía. Tal pareció que lo que se pretendía era “lavar la cara” de las corporaciones
policiacas.
Un punto que vale la pena
resaltar es que a pesar de que este foro se trató sobre el trabajo sexual en
Mérida, la voz de las personas que se dedican esto fue la gran ausente en el
debate, si bien es cierto, una de las ponentes fue una ex trabajadora sexual,
no había nadie más que hablara por estas personas. Claro es de comprender, ya
que aunque el comité organizador alegó que no cerraron la invitación a las
trabajadoras sexuales, es muy difícil que acepten participar y exponerse ante
los propios policías que las hostigan y criminalizan de facto.
Sin la presencia de las
autoridades, lo cual indica que no les interesó, y sin la participación de las
personas directamente afectadas, tal parece que este foro fue una farsa de la
Policía Municipal de Mérida para legitimarse, utilizando a las organizaciones
de la sociedad civil que realmente se preocupan y ocupan del tema.
Las personas que se dedican al
trabajo sexual, por la razón que sea, quedan expuestas a la criminalización de
las autoridades, son constantes las denuncias de las personas que a esto se
dedican de la persecución que sufren por parte de las autoridades bajo el
argumento de las faltas a la moral y las buenas costumbre-conceptos que en la
ley no se definen con claridad y por la tanto dan lugar a un sin número de
abusos policiales-. Sobre este punto pienso en las edecanes de las cervecerías
que cada carnaval se pasean semidesnudas por las principales avenidas de
Mérida, acaso, ¿ellas no faltan a la moral y las buenas costumbres?
Aunque en la ley no se
tipifica el trabajo sexual, en México y Yucatán, son tratadas como
delincuentes, y quienes realmente comenten delitos, como los lenocidas y los
traficantes de personas con fines de explotación laboral o sexual, no son
perseguidos ni investigados; y la mayoría de las veces trabajan en complicidad
con los grupos de poder del estado y la ciudad.
Las perseguidas y hostigadas
son las personas de bajos recursos que ejercen el trabajo sexual en las calles,
que no tienen ningún tipo de protección y por lo tanto están expuestas a todo
tipo de abusos por parte de las autoridades; tal parece que lo que se castiga
es la pobreza.
Es urgente abordar el tema de
las condiciones en las que se encuentran las personas que se dedican al trabajo
sexual, pero desde el respeto a sus derechos humanos y a sus libertades y sin
simulaciones.
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