A todos los
sindicatos de la CNT
A todas las
Secciones de la AIT
A todos los
grupos y organizaciones libertarias
La compañía Iberia ha
presentado un ERE, con el que pretende echar a 3.807 trabajadores/as a la
calle, además de rebajas de sueldo (entre un 20 y 40%), reducción de vacaciones
y festivos y un largo etc. Con el fin de venderlos a precio de saldo en un
futuro próximo.
Es por eso que tenemos
convocados 10 días de huelga (ya se han hecho otros 5 en febrero) y otras
movilizaciones durante el mes de marzo. Desde la Sección Sindical de la CNT,
solicitamos todas las medidas de presión que consideréis oportuno hacer en cada
lugar donde sea posible porque existan oficinas, delegaciones y/o en los
aeropuertos donde vuele Iberia (ocupaciones, pintadas, reparto de panfletos,
etc.), con el fin de sumar presión y parar sus pretensiones de desmantelar la
empresa.
También en organismos oficiales españoles y en las aerolíneas
BritisAirways
Os agradeceríamos que
nos mandéis alguna documentación gráfica y os damos las gracias por anticipado.
Un fuerte abrazo. Salud
Sección Sindical de la CNT en Iberia
Más información para
hacer comunicados o difusión:
28 de febrero de 2012
UN
POCO DE HISTORIA.
Sucesivos gobiernos de España contribuyeron en su día a privatizar
Iberia a un precio de saldo en relación con su masa económica total, iniciando
de este modo un proceso de debilitamiento de la compañía. Más tarde British
Airways plantea una fusión disimétrica con Iberia, por la que la compañía
inglesa se hace con el control del nuevo consorcio IAG y con la caja de Iberia,
uno de los verdaderos objetivos de British, que desde ese momento pasa a
manejar directamente, hecho por el que el gobierno español no puso objeción
alguna.
Esto ha permitido a la
compañía británica vaciar las arcas de Iberia y transferir parte significativa
de dicha caja para sostener el sistema de pensiones de sus propios empleados
(que cuenta con un déficit superior a los 5.500 millones de euros y la propia
British considerable inviable), ocasionando así graves perjuicios para Iberia y
dando lugar a un paulatino proceso de desmantelamiento de ésta mediante la
cancelación de líneas en Iberoamérica, en el corto-medio radio y en diferentes
destinos domésticos españoles, además de proceder a la cesión de líneas y flota
de aviones a Vueling o Iberia Express, comprando combustible a precios muy
superiores a los medios del mercado y realizando una política comercial
totalmente escorada a los intereses de British Airways, como por ejemplo el
direccionamiento de la oferta con vuelos intermedios en el hub londinense de
Heathrow, disminuyendo así la demanda de pasajeros que desean enlaces directos
de Iberia y debilitando en consecuencia el índice de ocupación de los vuelos de
la compañía española.
AL
DÍA DE HOY.
La fría estadística demuestra que una compañía que daba beneficios y
planteaba líneas de expansión en 2009, comienza a perder dinero e influencia
desde que se integra en IAG y British Airways marca el rumbo de su gestión
comercial y operativa. Mientras que ésta compañía adquiere en gran nuevas
aeronaves más eficientes, a Iberia le va restando flota mediante una cesión
forzada a Vueling e Iberia Express, obligándola a operar con aviones con mayor
consumo de combustible y con capacidad sobredimensionada para una demanda
mermada por la crisis económica general del país.
Los diferentes gestores
operativo-comerciales de Iberia han sido sustituidos paulatinamente por
gestores británicos que están contribuyendo de forma oportunista al
desmantelamiento de la compañía, mediante cuestionables políticas comerciales,
abandono de destinos tradicionalmente dominados por Iberia o mediante técnicas
subterráneas de desvío de pasaje, carga, correo y disponibilidad de slots para
British Airways. El último fichaje italiano para la dirección comercial de
Iberia intervino en la desestructuración de Alitalia, evidenciando el futuro
papel reservado a la aerolínea española. De seguir así la T4 de Barajas -
construida con el dinero de los contribuyentes - pasaría a ser un mero satélite
del hub Londres de British Airways, resolviendo de este modo su actual falta de
capacidad operativa sin gastar un duro en ello al fagocitar las potencialidades
de la T4.
La transferencia de vuelos y
flota de Iberia tanto en destinos de medio radio como domésticos a favor de
Vueling e Iberia Express, contribuye poderosamente al adelgazamiento de este
mercado en la propia Iberia, con fuertes repercusiones en la pérdida de empleo,
mantenimiento de aviones a costa de Iberia sin incluir en las cuentas de
explotación de Vueling, innecesaria competencia entre ambas compañías (no se debe olvidar que Iberia es la mayor
accionista de Vueling e Iberia Express), junto a un sucesivo abandono de la
presencia de Iberia en el campo de las concesiones de handling aeroportuario y
mantenimiento a otras compañías en hubs como Barajas, Barcelona, Palma, etc.
La secuela de subrogaciones,
cesiones de personal, figuras precarias en los contrarios de trabajo (FIJI, fijos
discontinuos, eventuales…), sueldos por debajo del mileurismo, etc., están
sumiendo a muchos de los trabajadores de Iberia en una dinámica de precariedad
generalizada, bajos sueldos, congelaciones económicas, deficientes condiciones
laborales y de descanso, además de unas nulas condiciones de promoción
socioprofesional. Ni que decir tiene que la pérdida de cotizaciones al Montepío
Loreto motivada por la caída de cotizantes, pondrá en graves aprietos a dicha
institución y le restará capacidad real de maniobra para cumplir sus objetivos
sociales y de previsión.
British Airways acecha la caja
de Vueling (250 millones de euros) del mismo modo que ha hecho con la de
Iberia, mediante una batalla por el control accionarial de la compañía creada
bajo la fórmula de low cost, en la que se ha producido una nueva merma de
condiciones laborales y sueldo en su personal, tal y como ocurre también en
Iberia Express o Air Nostrum.
ERE
Y DESPIDOS.
Llama la atención la agresividad e intransigencia de los planteamientos
de IAG para Iberia, que proyecta en una primera andanada 4.500 despidos
directos (que supondrían en la práctica otros 20.000 indirectos dentro de la
industria aérea conexa), la desaparición de nuevos destinos tradicionales de
Iberia, la disminución de la actual flota hasta un número cercano a los 35
aviones, la canibalización general de slots, aeronaves, servicios en tierra,
personal, etc. a favor de Vueling e Iberia Express, así como el paulatino
desmantelamiento de la matriz Iberia, para muy posiblemente en un segundo
ataque con ERE incluido a partir de 2014, en el cual el número de trabajadores
quedaría reducido a 6.000 efectivos y una mínima red de vuelos. Negro provenir
para una compañía que con distintas adaptaciones si tiene un futuro plausible,
siempre que se rompa con la esclavitud del proceso de fusión en IAG, que indica
a las claras las numerosas vulneraciones de las cláusulas de salvaguarda
incluidas en el proceso legal de fusión.
Mientras tanto ¿qué hace el
gobierno español al respecto?. Posicionamientos tibios y falta de implicación
ante el problema, máxime cuando el Estado es el propietario actual de Iberia a
través del accionariado de Bankia (intervenida por el gobierno) y de la SEPI
(Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), es decir el Estado es hoy
el accionista estratégico de Iberia, y por tanto, está capacitado para tomar
decisiones frente a la actual situación de la compañía.
El futuro de Iberia no está en
la negociación concertada de su capacidad operativa o de tráfico ni en la
cesión de flota o el despido de sus trabajadores, si no en la salida
inmediata del consorcio IAG haciendo uso de las diferentes cláusulas de
salvaguarda, habida cuenta de la actuación depredadora de British Airways.
La diletante posición del Gobierno español está dañando cada día que pasa no
sólo a Iberia, sino a la conectividad general del país por vía aérea y por
extensión al conjunto del sector turístico español. El gobierno esta acumulando
una grave responsabilidad en la evolución del conflicto, y no bastará con dañar
arbitralmente a los trabajadores de Iberia, se encuentran en juego numerosas
expectativas comunes de futuro.
No se trata pues de valorar
las pérdidas económicas a la empresa por los días de huelga previstos, todos
los trabajadores que participen en la misma verán reducidos sus sueldos y nadie
dice nada de ello, en consecuencia urge plantear alternativas reales para el
futuro de Iberia, sin despidos, recortes, desmantelamientos o ventas
fraudulentas a especuladores que utilizan filibusteros para alcanzar sus
objetivos. De éstos, es imprescindible conseguir la destitución inmediata del
presidente de Iberia, Antonio Vázquez Romero, ejecutor material en IAG de los
intereses de Willie Walsh consejero delegado de British Airways.
El mantenimiento de su
actuales destinos, la ampliación a otros nuevos, la sustitución de una flota
poco competitiva, la compra de combustible a precios más aquilatados, la mejora
del servicio y de las condiciones laborales de sus trabajadores, han de ser
los pilares para asegurar un futuro prometedor para Iberia. Cualquier actuación
que no tenga en cuenta estos principios está condenada al fracaso. ¡Iberia
tiene futuro!
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