El grito de ¡YA
BASTA! que lanzaron los pueblos mayas agrupados en el Ejército Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN) el primero de enero de 1994 tuvo importantes
repercusiones a nivel internacional. En cierto sentido, podemos decir que los
zapatistas inauguraron una nueva etapa de los movimientos sociales en el mundo.
Veamos.
1.- En 1991, termina de desaparecer la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas, esa experiencia que en sus primeros años
significó la gran alternativa al capitalismo. Dicho momento era, según los
teóricos del capitalismo, el comienzo de la globalización neoliberal con los
Estados Unidos de Norteamérica a la cabeza y el principio de la unipolaridad.
También era, según Fukuyama, el “fin de
la historia” de la lucha de clases. Lo que dichos teóricos se negaban a
reconocer, o bien querían ocultar, era que otros pueblos habían avanzado
bastante en la construcción de una forma distinta del socialismo, uno más
democrático, que encontraba en Cuba a su máximo exponente.
En ese contexto, la aparición pública del EZLN
representa el renacer de la utopía, de esa utopía de un mundo distinto; uno con
justicia, democracia y libertad. La historia de la lucha de clases no sólo no
desaparecía, sino que ahora se hacía presente con nuevas exigencias y cobraba
gran relevancia la necesidad de combatir el colonialismo interno, concepto
sobre el que ya Pablo González Casanova y Rodolfo Stavenhaguen habían abundado
dos décadas atrás. Así, el EZLN dio rostro y visibilizó a nivel mundial la
lucha milenaria de los pueblos indígenas del centro y sur de América. De esta
forma, las luchas de los pueblos indígenas comenzaron a tener más atención por
parte de la comunidad internacional.
2.- Pero los zapatistas no sólo contribuyeron a la
visibilización de las luchas de los pueblos indígenas, además, lograron
introducir al interior de los movimientos sociales y de las fuerzas
revolucionarias de distintos países, la necesidad de construir proyectos
alternativos más democráticos en los que se reconozcan las formas propias de
organización y autogobierno de los pueblos originarios. El debate de las autonomías
cobró gran fuerza y poco a poco fue surgiendo lo que hoy llaman el Socialismo
del siglo XXI. Quizás el ejemplo más cercano a este debate lo encontramos en
Bolivia, país en el que las luchas de los pueblos originó un Estado
pluriétnico.
3.- A finales de julio de 1996, se realizó en el
Aguascalientes de Oventic el Primer Encuentro Intercontinental por la Humanidad
y contra el Neoliberalismo, mejor conocido como Encuentro Intergaláctico.
A dicho encuentro acudieron cerca de seis mil activistas provenientes de los
cinco continentes y fue el primer intento exitoso por articular una crítica
global al sistema, al capitalismo neoliberal. Por esta razón, el Intergaláctico
es también considerado como el nacimiento del movimiento altermundista o
antineoliberal. Lo que nació en Chiapas fue madurando a nivel global, hasta que
en noviembre de 1999 ocurrió la primera manifestación de alto impacto del
movimiento altermundista. En Seattle, Estados Unidos, más de 30 mil personas se
unieron para rechazar enérgicamente las políticas liberalizadoras sugeridas por
la Organización Mundial de Comercio. La batalla de Seattle, como es comúnmente
conocida, duro cinco días y logró convocar a activistas sociales de distintos
países. Lo más destacable es que lograron converger distintos sectores sociales
estadounidenses: ambientalistas, feministas, derecho humanistas, sindicalistas,
etc. El movimiento altermundista encontró su máximo clímax en enero de 2001 en
Porto Alegre, Brasil, lo cual dio origen al Foro Social Mundial.
4.- De igual forma, el zapatismo se ha convertido
en un referente ético y moral para muchos de quienes luchamos por un mundo
mejor, pues no sólo revive la utopía, sino que la construye día a día. En los
caracoles zapatistas, el ejercicio que encabezan las Juntas de Buen Gobierno y
que se basa en principios de rotatividad, revocabilidad y rendición de cuentas,
se construye una forma distinta de poder y de política: un poder del pueblo y
una política del nosotros. Así, el mandar obedeciendo es una práctica cotidiana
que ha logrado democratizar casi todas las relaciones sociales y que en los
hechos significa construir la alternativa desde abajo.
5.- A nivel local, el
zapatismo también influyó fuertemente en los movimientos sociales que le
sucedieron: desde las luchas de los pueblos de las costa y la montaña de
Guerrero; los pueblos indígenas de Michoacán y de Wirikuta; los campesinos de
Atenco; y más recientemente, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y
el #YoSoy132, por mencionar algunos. Ellos han expresado en distintas
ocasiones su reconocimiento y solidaridad con el EZLN.
A 19 años del ¡YA BASTA!, que
encontró eco mundial y que inauguró una nueva era en las luchas por la
emancipación de la humanidad, los zapatistas siguen brindando, sin
proponérselo, grandes lecciones. Seguirán haciéndolo, de eso no me cabe la
menor duda.
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