29/3/2013
x PIA
“Fuera Troika de
Chipre” y “Los trabajadores no pagarán los errores de los bancos” eran
algunas de las consignas
Miles de chipriotas salieron a las calles para repudiar el avance de la
Troika, luego de que acordara con su gobierno un “rescate económico” de 10 mil millones de euros en base a fuertes
ajustes en la banca. El eje de las medidas aprobadas es regular y dotar de una
fuerte carga impositiva a los depósitos bancarios. De fondo, lo que subyace es
la puesta en crisis del modelo europeo que necesita garantizar el equilibrio
financiero, en un bloque donde lo que impera es la heterogeneidad económica.
“Fuera Troika de Chipre” y “Los trabajadores no pagarán
los errores de los bancos” eran algunas de las consignas que esgrimían los
manifestantes por las calles de Nicosia, capital de Chipre durante las jornadas
del martes y miércoles. Frente al Palacio Presidencial se expresó el rechazo
hacia las políticas de la Unión Europea y hacia las imposiciones de la
denominada Troika, integrada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central
Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El lunes pasado, el gobierno de Chipre logró satisfacer las demandas de
esos organismos financieros de crédito para obtener un “rescate” de alrededor de 10 mil millones de euros. Las nuevas
iniciativas apuntan a retener los capitales y generar cajas “solidarias”, a partir de la creación de
un Fondo de Solidaridad y una Ley sobre la Reestructuración del sistema
bancario.
Los ejes de discusión giraron en torno a cómo salvar las bancas, para lo
cual el centro de decisiones de la eurozona intenta controlar cada movimiento
en pos de garantizar la máxima estabilidad financiera en el bloque. En ese
marco el Parlamento consensuó la creación de un Fondo que recibirá una parte
del dinero de pensión y del seguro médico de los empleados públicos, y estará
abierto a las donaciones de ciudadanos, empresas privadas, e instituciones. Por
su parte, la Ley de Reestructuración intentará restringir los movimientos de
capitales depositados.
Lejos de la homogeneidad regional, desde la discusión del presupuesto
del bloque hasta la implementación de medidas, el bloque europeo presenta –al
menos- dos grandes sectores: los países centrales cuya máxima expresión es
Alemania, y una diversidad de países periféricos tales como España, Italia,
hasta Chipre o Eslovenia. Allí entran a jugar el rol de “salvadores” los integrantes de la Troika y sus “rescates económicos”.
El presidente Nikos Anastasiadis debió convencer a los líderes de las
decisiones europeas de que el plan alternativo acordado días atrás en su país
-con el aval legislativo- era sólido y permitiría recaudar 7 mil millones de
euros, condición ineludible que le habían impuesto para recibir el dinero. Días
atrás los legisladores habían rechazado el plan de condiciones presentado por
el bloque continental, el cual proponía fuertes ajustes y un impuesto sobre los
depósitos bancarios.
A su vez, luego de casi dos semanas de cierre, todos los bancos de
Chipre volverán a abrir sus puertas con restricciones que implican límites a
las trasferencias al extranjero y a las extracciones en cajeros. Las
condiciones iniciales de la UE habían sido imponer tasas a todos los depósitos
bancarios, incluso los inferiores a 100 mil euros, lo cual había despertado el
repudio generalizado en las calles y en el Parlamento y se decidió cerrar los
bancos por temor a una fuga de capitales.
El país europeo solicitó el préstamo en junio del año 2012 frente a la
Troika luego de los índices pusieran de manifiesto problemas de déficit fiscal
-de un superávit del 0,9% en 2009 pasó a un déficit del 6,3% en 2011- y de
deuda, que se elevó del 49% del PIB en 2008 al 90% en 2012. En el caso de Chipre
los 10 mil millones de euros de “rescate”
representan el 60% de una economía pequeña, con un PBI de poco más de 17.000
millones y que equivale al 0,2% del PBI europeo.
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