Declaración
de la Liga de Unidad Socialista
Rebelión, 05-03-2013
La
detención y encarcelamiento el 26 de febrero pasado de la cabeza de la
burocracia sindical del SNTE, la lideresa Elba Esther Gordillo, es un acto
político del gobierno de Peña Nieto directamente vinculado con la promulgación
hace unos días de la “nueva reforma
educativa” por la Cámara de Diputados con mayoría priista. Es igualmente un
golpe para reordenar las fuerzas en el propio priismo y más allá en el régimen
político dominante en su conjunto a favor de Peña Nieto. Es un acto de poder
que implementa el recién inaugurado gobierno de restauración priista después de
doce años de presidencialismo panista. Su impacto incide en la situación actual
y su futuro inmediato.
Pugnas
interburocráticas
Por
la importancia del liderazgo del SNTE, el sindicato más grande de la república
con más de un millón de afiliados, pieza fundamental del dominio tradicional
del régimen del Zócalo-Los Pinos , la operación policiaca para detener a
Gordillo y sus secuaces tuvo características parecidas a las operaciones
políticas realizadas por el gobierno en los espacios sindicales. La opinión
pública compara esta operación con la realizada en 1989 por Carlos Salinas de
Gortari contra la otra poderosa burocracia sindical de PEMEX, conocida como "El Quinazo". Se trata de
pugnas interburocráticas que se traducen en operaciones políticas en donde los
grupos dirigentes de los diferentes aparatos del estado entran en purgas en sus
propias filas para llevar a cabo sus planes.
En este caso se trata de la transformación
radical de la educación pública dentro de las llamadas “reformas estructurales de la segunda y tercera generación”
promovidas por el FMI y el Banco Mundial, consistente en una drástica
disminución de la planta de maestros, la restricción de los derechos
sindicales, la introducción de métodos educativos directamente vinculados con
las necesidades de las empresas capitalistas, el énfasis desmesurado en las
disciplinas técnicas y la injerencia cada vez mayor de los capitales de la
educación, privatizaciones, en la SEP tal y como dictan las mencionadas
agencias financieras imperialistas.
La dirección de la Gordillo fue eliminada por la
cúpula priista de sus planes “reformadores”
de la educación no porque la lideresa pudiera ser un obstáculo importante en la
puesta en práctica de la “nueva” reforma de Peña. Muchas “reformas” anteriores con los gobiernos priistas y panistas se han
efectuado después de un entendimiento entre ella y la SEP. Su caída se debió
más bien a su desgaste ya evidente y el gobierno consideró que el precio por
pagar quitándola era menor que dejándola. Así como en 1989, después de otro
golpe contra el desprestigiado líder Jongitud del SNTE, Salinas consideró, ante
el descontento y la movilización de los trabajadores del SNTE, que era
necesario eliminar al viejo líder y poner como lideresa a la Gordillo, ahora
Peña Nieto la quita por las mismas razones.
También del mismo modo que sucedió con “La Quina” y Jongitud hoy vemos
repetirse la misma historia con la Gordillo. Estos líderes impuestos por el
gobierno con apariencias de ser todopoderosos y contar con la adhesión de
decenas y cientos de miles de sindicalistas, a la hora que el gobierno los
defenestra no hay ni una docena de militantes que salen a apoyarlos en la
calle. Los días siguientes de la detención de la Gordillo del más millón de
afiliados al SNTE ni uno solo ha protestado frente a la SEP o frente a
cualquier autoridad gubernamental en defensa de la lideresa. El espectáculo aún
más grotesco es el de los “líderes” de la cúpula sindical que antes la alababan
con los elogios más grotescos, no tardaron ni 24 horas en abandonarla a su
suerte y elegir a su sucesor en la presidencia del SNTE.
Es cinismo puro la propaganda del gobierno de
Peña Nieto cuando dice que el presidente conoció el caso de las operaciones de
lavado de dinero y de delincuencia organizada efectuadas por la Gordillo “sólo hace unos días”. Es doble cinismo
cuando el propio presidente declara que el encarcelamiento de Gordillo se trata
de un caso legalmente fundado para “la
defensa del patrimonio de los maestros y la defensa de los derechos
magisteriales”. El desfachatado proceder con que la lideresa manejaba los
miles de millones de pesos de las cuotas sindicales de los maestros del SNTE,
que suman 140 millones de pesos mensuales, para comprar mansiones en México,
Estados Unidos y Suiza, para ejercer compras con tarjetas de crédito de
millones de dólares en la forma en que cualquier capitalista maneja sus
capitales era un verdadero escándalo no desde hace unos días, sino desde hace
lustros. Todos conocían los descarados manejos de la corrupción de Gordillo,
igual que lo hacen los gobernantes y los funcionarios de todo plumaje de los
gobiernos federal y estatales. Elba hacía exactamente lo que sus pares priistas
y funcionarios gubernamentales hacen. Su cloaca se destapó porque así conviene
a los gobernantes y para mayor gloria de la restauración priista.
Otra de los ejes subyacentes en la operación
contra Gordillo es la venganza política. Gordillo en el final de su etapa como
dirigente priista (primero como presidenta de la CNOP y después como secretaria
general) en 1999 traicionó descaradamente al PRI enviando subrepticiamente
recursos financieros importantes de las arcas de ese partido a la campaña de
Fox a la presidencia de la república. Zedillo y Labastida conocieron los hechos
y por oportunismo político no los hicieron públicos, lo mismo sucedió con
Madrazo, quien como presidente del PRI, tampoco la denunció por estos hechos a
pesar de su salida del PRI para aliarse con Fox convirtiéndose así en un aliado
del panismo en Los Pinos con derecho a picaporte. Después fue una pieza clave
del triunfo de Calderón en las elecciones del 2006. Como recompensa en su
sexenio el panista la premió colocando a sus incondicionales en lugares
estratégicos, destacándose entre ellos el ISSSTE y la Lotería Nacional.
La
subordinación de los trabajadores
Este
papel clave del SNTE como operador de las victorias presidenciales, primero
priistas y después panistas constituye el otro factor político fundamental que
pesa en la situación actual.
La ignominiosa forma en que el aparato estatal
mexicano ha subordinado a los trabajadores de México a sus designios desde los
tiempos post-revolucionarios, se materializó en el surgimiento de esa capa
parasitaria de la burocracia sindical que dentro del movimiento obrero se
conoce como “el charrismo”. La crisis
del SNTE como de los demás sindicatos, petrolero, telefonista y electricista se
debe a la situación impuesta por el charrismo. El derrumbe de las
organizaciones sindicales encabezadas por estas burocracias -o bien una pérdida
substancial de su fuerza, como en el caso de los mineros- no es sino la
consecuencia lógica del papel que han desempeñado como apéndices del estado,
con toda la antidemocracia y la corrupción que ello acarrea. Apéndices del
estado, y no sólo cómplices o socios a nivel del gobierno o administración en
turno. Vale señalar que el caso del SME fue algo diferente pues la tradición de
este sindicato, el más antiguo de la república que surgió en los años
revolucionarios, le permitió conservar algunas tradiciones verdaderamente
proletarias pero finalmente, debido a que no logró independizarse de la tutela
política del Estado, su burocracia prácticamente dejo desprotegido a la
organización cuando vino el golpe terrible de Calderón en el 2009 que liquidó a
la compañía Luz Fuerza del Centro, quitándoles su materia de trabajo y
convirtiéndolo en un militante movimiento de desempleados.
Las
complejas consecuencias
Lo
que se abre no es una oportunidad para que los trabajadores pasen a formar
nuevas organizaciones, sino más bien una extensión del actual periodo de enorme
confusión y debilidad. La clase en el poder está destruyendo importantísimos
pilares de la estabilidad de su sistema. No se atisba ninguna oposición
importante de clase que pueda por el momento detener este tren devastador de
conquistas y derechos de los trabajadores y del pueblo en general.
La tragedia del “llamado sindicalismo independiente” sujeto a los faldones del PRD
lo hace impotente para reaccionar ante este golpe. El “Pacto de México” entre los tres partidos obliga al PRD a apoyar la
operación de Peña sin ofrecer alguna alternativa a los cientos de miles de
trabajadores del SNTE.
Es imposible pensar que la burocracia del SNTE.
Después de este golpe pretenda ejercer cierta autonomía con respecto a Peña
Nieto. El aterrorizamiento de las direcciones sindicales burocratizadas se ha
profundizado. Seguramente los líderes petroleros, electricistas, telefonistas
serán aún más obedientes.
Por lo que toca a la oposición política como la
de López Obrador y su Morena, no se
han distinguido precisamente por la defensa de causas proletarias, por lo que
los trabajadores del SNTE no verán ninguna alternativa aparecer en esos
dominios.
Una de las tareas más importantes que realizó la
lideresa para el régimen fue la de dividir y corromper a importantes sectores
de la oposición de masas que surgió en el SNTE desde el arribo de Gordillo, la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. La CNTE está hoy en la
mejor situación para iniciar la organización de una contraofensiva a la
embestida del PRI que significa el descabezamiento de Gordillo. Deberá
recomponerse también y lanzarse a un sendero de independencia de clase si
quiere restaurarse como la oposición beligerante y masiva que fue en sus
orígenes. Una de las condiciones fundamentales para el rearme de la CNTE es la
toma de consciencia de los maestros rebeldes de que deben construir su propia
alternativa y dejar de ser subordinados políticos del PRD o del PRD-bis que es Morena.
Los sindicatos controlados por los charros se
han convertido en cascarones burocráticos sin ninguna legitimidad en la base de
los trabajadores. Es necesario reconstruirlos, es necesario una estrategia de
independencia y democracia sindicales que se inicie desde abajo con comités de
escuelas y de lugares de trabajo en general para que surjan las nuevas
direcciones sin ningún vínculo con el aparato de Estado y sus partidos.
Es necesario que los golpes contra los
trabajadores comiencen a impulsar la consciencia de clase ausente hoy en
amplísimos sectores de las masas explotadas. Sólo aprendiendo hasta lo más
profundo las lecciones de estos tiempos tan difíciles se comenzará a vislumbrar
la contraofensiva de los trabajadores en la perspectiva de una línea de
independencia, de democracia, de lucha anticapitalista y antiimperialista por
el socialismo, de internacionalismo con los pueblos de América Latina para que
los trabajadores sean los protagonistas del nuevo México soberano, libertario y
socialista que es la única meta capaz de conducir a la verdadera liberación y
emancipación del pueblo de México.
¡DEFENDAMOS
LA EDUCACIÓN PÚBLICA CIENTÍFICA Y POPULAR!
¡POR
UN SNTE DEMOCRÁTICO E INDEPENDIENTE!
¡POR
LA INDEPENDENCIA Y LA DEMOCRACIA SINDICAL!
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