Miércoles, 13 Marzo 2013
A
la comunidad universitaria,
A
las organizaciones sociales,
A
las organizaciones estudiantiles,
A
los medios libres y periodistas con ética,
Al
pueblo trabajador:
De un tiempo a la fecha en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH)
Plantel Naucalpan, han venido ocurriendo una serie de sucesos lamentables que
atentan contra los derechos y garantías que se presume son esencia del Estado
de derecho, y de la Universidad Nacional Autónoma de México (U.N.A.M.) en
particular.
Insultos, golpes, acoso, amenazas, espionaje,
manipulación, cooptación, montajes, etc. son sólo algunos hechos que han
caracterizado el “mandato”
de Lucía Laura Muñoz Corona, quien desde que estuvo como directora en CCH
Vallejo arremetió fuertemente contra los grupos políticos organizados; no
olvidamos su voz enérgica diciendo a jóvenes de dicho plantel que sacaría a los
activistas [1], ese lema la caracterizó todos los años que estuvo de
directora de Vallejo y ahora como directora general de los CCH’s continúa con
la misma política.
En los planteles de los CCH’s se criminaliza y persigue
la disidencia política, así grupos estudiantiles con tendencias
antiautoritarias son despreciados y señalados por autoridades y personal de
confianza, permitiendo y acogiendo sólo a los grupos que entran en sus
parámetros de lo que debe ser la organización estudiantil, los que son “los buenos activistas”.
Espacios estudiantiles han sido arrebatados por la fuerza
y la impunidad de la que gozan las autoridades, la gran mayoría de los grupos
organizados son difamados en los salones de clase y en algunos medios masivos,
se dice que venden y consumen droga, que son arrendados por intereses obscuros,
etc. A los estudiantes que se interesan por el movimiento se les controla por
medio de los programas de tutores, se llama constantemente a los hogares de los
compañeros para dar santo y seña de las actividades de éstos a sus padres. En
los espacios y lugares de encuentro de los grupos organizados hay cada vez más
vigilancia, se mandan personas para fotografiar, y espiar las actividades de
los grupos. Se manejan aparatos de inteligencia sobre la organización estudiantil,
como los son archivos de registros académicos y personales (direcciones
electrónicas, facebook, twitter, blogs, domicilios, teléfonos, fotografías,
etc.) de cada integrante de los colectivos, cada actividad política y cultural
que se realiza en los planteles está registrada en video o en fotografía, cada
rostro, cada momento, la inteligencia y recursos económicos de la universidad
se utilizan con fines contrainsurgentes y reaccionarios, y no para las demandas
históricas de los estudiantes como comedores y materiales pedagógicos
subsidiados, etc.
El personal de confianza, los trabajadores desclasados
que se venden a las ofertas monetarias de las autoridades universitarias, ganan
terreno a los trabajadores dignos y hermanos nuestros de clase que acuden
diariamente a trabajar para mantener sus hogares y sus conciencias
honradamente; en circunstancias parecidas se encuentra la academia, profesores
se enfilan en las anchas oportunidades de crecimiento monetario que ofrece la
Dirección, (o simplemente para que las autoridades se hagan de vista
gorda por el condicionamiento e intercambio económico por buenas notas, ejemplo
concreto, la venta de boletos a obras de teatro); acarrean a sus grupos, les
desorientan para causar un desprecio injustificado hacia la organización
estudiantil; ni hablar en específico ya de algunos de los trabajadores y
académicos de CCH Naucalpan que han servido más que en otros planteles como
brazo armado de la autoridad; la Brigada
de Seguridad grupo de choque, -conformado por profesores todos
aptos para ejercer control físico- ha servido para dar buenas friegas a la
organización estudiantil: impedir el paso al plantel y lanzar a estudiantes a
las garras de la policía, solo por mencionar algunas actividades que realizan.
El caso concreto de CCH Naucalpan es el ejemplo de la
exagerada impunidad de quienes ostentan el poder en la universidad; directivos,
personal de confianza, trabajadores y académicos todos con el poder suficiente
para sentirse más y hacerse valer más que un estudiante, actúan sin que nadie
pueda hacer algo; estudiantes alzan su voz, esta es callada por expulsiones,
estudiantes denuncian por medio del método institucional el famoso “Jurídico” y
resulta que las actas no proceden, el régimen está totalmente justificado, avalado
y aprobado por instancias superiores.
Los conatos de violencia en CCH Naucalpan no son nuevos
surgieron hace algunos años, cuando comenzó a crecer la organización política
en dicho plantel; casos concretos hay bastantes, por ejemplo cuando se extendieron
en abril del 2012, 23 actas de expulsión contra estudiantes que protestaron en
contra de que el presupuesto se gastara en cercar con más rejas el plantel, en
lugar de abrir más grupos del denominado PAE (Programa de apoyo al egreso) [2],
o cuando se sacó a golpes a un estudiante organizado justificando que estaba
expulsado, en agosto del 2012. Estos ejemplos y los que faltan por mencionar
nos muestran a los verdaderos iniciadores e incitadores de la violencia.
Entonces ¿qué les podemos pedir a los estudiantes
organizados naucalpenses que han sido llamados mugrosos
cotidianamente al entrar a su plantel por personal de vigilancia UNAM?, ¿Cómo
deben ser las protestas de un sector, marginado y violentado cotidianamente?
Los hechos del 1 y 5 de febrero en CCH Naucalpan y del 6
de febrero en Dirección General de los CCH’s, son hechos que devienen de una
sistemática violación al artículo 18 de la legislación universitaria donde se
enuncia claramente el derecho a la organización política [3]; de la vejación a los
artículos sexto y tercero constitucionales, que defienden el derecho a la libre
expresión y a la educación; así como el 19 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.
El 1 de febrero en CCH Naucalpan fue resultado de una
provocación a compañeros organizados, quienes ante la magnitud de tal, no
tuvieron más que responder defendiéndose de los golpes que les propinaron
trabajadores de vigilancia UNAM y el personal de confianza. En cuanto a los
sucesos del 5 de febrero en el mismo plantel, son consecuencia directa de
la cerrazón de las autoridades, al negar el dialogo y la información a los
estudiantes que resultaron expulsados por el montaje del primero de febrero;
en esta ocasión golpearon no sólo a estudiantes organizados sino a
estudiantes que se encontraban apoyando; debido a la protesta, las
autoridades permitieron la entrada a unos metros del plantel, de elementos de
la policía municipal de Naucalpan, rompiendo la autonomía universitaria y
golpeando con más fuerza la protesta; llevándose detenidos a 10 estudiantes
hombres y mujeres, 5 menores de edad y 5 mayores, los cuales fueron liberados
al día siguiente porque en las pruebas de peritaje no se encontraron rastros de
los explosivos que las autoridades acusan que fueron lanzados contra trabajadores;
mostrando con ello que las detonaciones de petardos no fueron realizadas por
los estudiantes organizados, sino parte del montaje gestionado por la
autoridad y otro de sus grupos de provocadores.
Lamentablemente el irracional control que pretenden tener
las autoridades universitarias hacia la organización política estudiantil, va
creciendo; hoy es CCH Naucalpan y en menor medida los otros planteles del CCH.
Este control se refleja también en otros sistemas que está consumando la
universidad, ejemplo de ello son las decenas de cámaras de vigilancia
instaladas en todos los planteles de CCH y los torniquetes que se encuentran ya
instalados en las Facultades de Estudios Superiores planteles Acatlán, Aragón y
Zaragoza. Bajo el pretexto de la seguridad, estos sistemas han servido hasta el
momento solo como herramientas de coerción.
Preocupados por tal situación en la universidad, denunciamos:
Que los acontecimientos del 1 y 5 de febrero en CCH Naucalpan son parte de
un montaje en contra de la organización estudiantil de parte de las autoridades
universitarias, para diluir la efervescencia en torno a la modificación
impuesta de los planes y programas de estudio, conocida como los 12 puntos.
La campaña de criminalización, persecución y deslegitimación contra el
compañero Luis Alcántara, impulsada por autoridades y académicos de la
universidad, así como medios de comunicación masivos sin ética profesional; que
atentó contra la integridad física y moral del compañero al ser señalado y
ridiculizado públicamente. Declaramos que el compañero Luis es un estudiante
regular, un estudiante organizado como cualquier otro en CCH Naucalpan y no un
líder; y que fue uno de los miles de manifestantes que salieron a ejercer su
derecho a la libre manifestación el primero de diciembre del año 2012.
Que la campaña que ha impulsado Lucía Laura Muñoz Corona para legitimar su
autoridad y la reforma de los 12 puntos, es sostenida por métodos
coercitivos como la calumnia contra grupos disidentes estudiantiles y
académicos; el condicionamiento de calificaciones y amenazas a la comunidad
estudiantil para que firmen documentos a su favor; así como las expulsiones de
los seis compañeros de CCH Naucalpan.
Por estas razones exigimos:
El cese a la persecución
política contra aquellos que se organizan en torno al rechazo de los 12
puntos; en este sentido, el retiro de las seis actas de expulsión contra los
compañeros organizados de CCH Naucalpan.
El alto a la campaña de
criminalización, persecución y deslegitimación contra el compañero Luis
Alcántara.
La desarticulación de los
grupos de choque en CCH Naucalpan: Brigada de Seguridad y la Federación
Estudiantil de Naucalpan (FEN).
Cese a la criminalización
de la protesta estudiantil en la Universidad.
Atentamente:
CCH Naucalpan: Estudiantes
Organizados Independientes de CCH-Naucalpan, Colectivo Revolucionario
Estudiantil Anarquista de Naucalpan (CREAN), Brigada Antiporril.
CCH Vallejo: Estudiantes
Organizados Independientes, Circulo Marxista-Leninista, Colectivo Estudiantil
Revuelta.
Estudiantes Organizados CCH Oriente.
CCH Azcapotzalco: Espacio Estudiantil
Libertario.
Estudiantes Organizados Independientes de CCH Sur.
Escuela Nacional Preparatoria No. 6 “Antonio Caso”: Alianza Independiente, Frente Rojo, Colectivo Ollin Meztli.
Cubículo Buenaventura Durruti 114-bis FFyL ,
Estudiantes organizados del Claustro de Sor Juana,
Estudiantes Independientes de FES Aragón,
Alianza Anarquista Revolucionaria [integrada por los
grupos: Coordinadora Estudiantil Anarquista, Grupo Bandera Negra, Juventud
Libertaria, Colectivo Autónomo Magonista, La llama de la Libertad];
Juventud Comunista Revolucionaria,
Amig@s de Mumia de México,
Cruz Negra Anarquista México,
Colectiva Las Chuekas,
Multimedios Cronopios,
Colectivo Mentes Enfermas,
Editorial Redez,
La llama de la Libertad – Sur,
Notilibertas,
Chanti Ollin,
Proyecto Ambulante,
Colectivo Tijuanarkia-Tijuana,
El Gran Kilombo Antifascista,
Organisation socialiste Libertaire – Suiza,
Federazione dei comunisti anarchici – Italia,
Comité de Lucha de la Universidad Pedagógica Nacional,
Colectivo Zenzontle del Sur.
NOTA: En los próximos días esperamos más firmas de adhesión, te invitamos a sumarte
a este esfuerzo contra la represión al movimiento estudiantil.
Si nos tocan a unx, nos tocan a todxs.
[1] Material disponible en línea en:
http://www.regeneracionradio.org/live_rr/Player-Documental-RR/ min.
11:49, [Consultado el 7 de marzo del 2013]
[2] Para referencia consultar la nota: Expulsión de 23 Estudiantes de
CCH-Naucalpan por Organizarse, Disponible en línea en:
[3] Ley
orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México, Artículo
18. Disponible en línea en:
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