Escrito por Malú Huacuja del Toro
Domingo, 17 Marzo 2013
Ayer celebramos la Asamblea
Comandanta Ramona en nuestro grupo de Occupy
Wall Street, con motivo del Mes de la Mujer. Me tocó exponer la historia
del movimiento zapatista.
“Ramona es un ícono de la lucha zapatista por muchas
razones. La más inmediata es que simboliza qué tan equivocada estaba la campaña
de calumnias emprendida por el gobierno, los medios de comunicación y los
intelectuales al servicio del gobierno —comencé explicando—. Recuerden que los intelectuales en México
tienen mucha influencia a raíz del movimiento del 68. No es como aquí que no
tienen casi ningún peso excepto en algunos círculos. Allá en México no”.
Conté cómo el premio Nobel Octavio Paz los acusaba de ser unos “retardatarios de la izquierda anquilosada”
y cómo respondió el vocero zapatista (“¿De
qué nos van a perdonar?”).
Hablé de la campaña de Aguilar Camín
para favorecer a los autores intelectuales de la masacre de Acteal, en defensa
de la liberación de los asesinos de facto y su fabricación de la versión de “conflictos intercomunitarios”. Me
preguntaron cómo fueron sobornados los intelectuales y les conté de las becas
del Fonca diseñadas por Aguilar Camín, pues es un sistema que ni siquiera aquí
existe.
Hablé de los Acuerdos de San Andrés,
de la Marcha del Color de la Tierra y de la traición de los diputados que los “reformaron” convirtiéndolos en lo
opuesto. Hubo muchas preguntas sobre el supuesto partido “de izquierda” que traicionó los Acuerdos de San Andrés y
preguntaban cómo era exactamente su campaña en contra de los zapatistas o qué era
lo que alegaban. Hubieran visto las caras cuando supieron que López Obrador y
Ebrard contrataron a Rudolph Giuliani y le pagaron millones de pesos del erario
y todavía dicen que son de izquierda.
Expliqué que antes de la Marcha del
Color de la Tierra, Ramona fue la primera mujer indígena zapatista, y de hecho
la primera persona zapatista en subir a un podio y tomar la palabra en la plaza
de la capital de la República, donde la gente estaba acostumbrada a ver a los
indios mendigando, no tomando la palabra como comandantes de un ejército. “Imagínense Times Square repleta de gente,
no para ver a Lady Gaga sino para oír hablar de justicia a una indígena
pequeñita y enferma”.
Les conté de cómo los zapatistas han
evolucionado, han cambiado sus tácticas y su interlocución con el resto de la
sociedad desde que fueron traicionados por ésta, y de las comunidades
autónomas, de la guerra de baja intensidad del Ejército Mexicano durante 19
años, de la Convención de Mujeres Zapatistas y de la Ley Revolucionaria de Mujeres
Zapatistas.
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