Corrupción
del GDF en la línea 12
Ahora sí, después de meses de concluida
la gestión de Marcelo Ebrard como jefe de gobierno del DF, después de que la
línea 12 del metro fue inaugurada sin concluir, salen a la luz pública las
denuncias de corrupción, anomalías y sobreprecio en la construcción dicha obra.
Pero esto sale a la luz pública porque ICA-Carso-Alstom demandaron
al GDF por 3 mil 969 millones de pesos por trabajos
que inicialmente no estaban contemplados en el contrato, pero
que tuvieron que realizar para que la Línea 12 pudiera entrar en operación.
Pero mientras los reclamos fueron por parte de los
comuneros de Tláhuac, nada trascendió a estos medios masivos de comunicación.
No los vieron, no los oyeron. Nada informaron sobre las razones por las que los
comuneros de Tláhuac, se opusieron, no a la construcción de esta línea del
metro, sino a que ésta llegara Tláhuac. Específicamente se opusieron a que el
metro llegara a Tezonco, Olivos, Zapotitlán, Tlaltenco y Tláhuac. ¿Por qué? ¿Porque
son enemigos del progreso, como se les acusó? ¿Porque son unos pobres indios
ignorantes que no aprecian los beneficios de la urbanización?
No, precisamente porque conocen los efectos de la
urbanización es que se opusieron. Porque esta urbanización vendrá a destruir la
vida campesina que aún conserva Tláhuac. Porque es una zona agrícola que
produce alimentos para la ciudad.
Porque sabían que el metro no viene solo, viene con la
expansión apabullante de la mancha urbana, vienen tras de la extensión del
metro las inmobiliarias, los centros comerciales, la urbanización salvaje pues,
a cubrirlo todo de pavimento y concreto.
Y ésta fue la razón fundamental de la oposición de los
comuneros a que el metro llegara hasta estas tierras, porque amén del despojo
de tierras que sufrirían, la mancha urbana acabaría con la zona de recarga de
agua pluvial que es Tláhuac.
Tláhuac, vecina de Xochimilco, conectada todavía por la
zona chinampera, es la principal zona de recarga acuífera de la ciudad. Su
lucha entonces no era solamente en defensa de sus tierras, sino también en
defensa del agua, defensa de un territorio de recarga acuífera.
Entonces, con su vida agrícola destruida, con el despojo
de sus tierras y del territorio acuífero, los comuneros verían destruida su
cultura, su tejido social y medio de sustento.
Por eso, desde 2008, cuando comenzó a construirse esta
línea del metro, los comuneros se movilizaron, levantaron la voz, convocaron a
defender el agua, la tierra, la producción agrícola, la cultura de los pueblos
originarios del Anáhuac.
La represión y el desprecio fue la respuesta que
encontraron en los tres niveles de gobierno, en todos los partidos políticos,
en los medios de comunicación. Golpes, encarcelamientos, persecución, hostigamiento.
Nada de esto vieron los medios de comunicación. Siguen sin verlo, ni oírlo. Si
hoy vuelven la vista, no a Tláhuac, sino a la línea 12 del metro es por el
reclamo de las empresas ICA-Carso-Alstom. Porque “los ricos también lloran” y esas lágrimas sí les tocan el corazón.
Para ellos, los comuneros de Tláhuac siguen sin ser visibles, ni escuchables.
Hermanas
y hermanos comuneros de Tláhuac reciban el saludo del Azcapotzalco de abajo.
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