Dr. Felipe
Martínez Soriano: "Aquí está quien
vivió de ilusiones, pero jamás fue un traidor", frase para su epitafio
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En Oaxaca lo primero que se viene a la mente cuando
de movimientos sociales se habla es de la Asamblea Popular de los Pueblos de
Oaxaca en el año del 2006, la APPO buscaba la desaparición de poderes y la
caída del tirano Ulises Ruiz Ortiz, pero poco se recuerda de los procesos que
antecedieron y que ayudaron a la organización y fuerza del movimiento; las
influencias de las que parten son normalmente tres: el EZLN, las experiencias
organizativas de los pueblos regidos por usos y costumbres (donde de forma asamblearia
se toman las decisiones) y el proceso organizativo de la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación (Sección 22, CNTE) desde los años
80´s.
Poco se difunde, se
habla, se cuenta y se enseña de la lucha de los años 70´s que se dio en el
estado y principalmente en la universidad (UABJO) por la democratización de
está; ese sería el semillero de los procesos de lucha que han germinado hasta
estas fechas en el estado.
Dicho proceso también
partía de los movimientos universitarios del 68 y 71, del movimiento de médicos
del 65, del movimiento ferrocarrilero del 59 y del movimiento de profesores del
58; en todos estos participaron oaxaqueños que regresarían y lucharían en
los 70´s para mejorar la situación de uno de los estados más jodidos en los
aspectos sociales y económicos.
El movimiento
estudiantil buscando la democratización de la Universidad Autónoma Benito
Juárez de Oaxaca decide deponer por medio de la huelga, en enero de 1975,
a Guillermo García Manzano quién se oponía a los sindicatos y a los
procesos democráticos de la universidad, el gobernador priísta Manuel Zárate
Aquino, impone a Celestino Gómez Soto, quien es obligado a renunciar en junio
por lo cual se abren dos opciones: Manuel de Jesús Ortega candidato del
gobierno y Marco Antonio Niño de Rivera propuesto por la Federación Estudiantil
Oaxaqueña, los dos quedaron como rectores según sus grupos y fue por la
intervención de Víctor Bravo, entonces secretario de educación, que obliga a
ambos a renunciar.
Ante nuevas elecciones
el movimiento estudiantil apoya al médico y profesor Felipe Martínez Soriano,
que con una marcha al DF (como protesta por la intromisión del Estado en los
procesos de la universidad) en el mes de octubre de 9176, logra llegar a la
rectoría de la universidad, el gobernador trata de imponer a Horacio Tenorio
Sandoval al frente de la universidad y se vale de todo tipo de acciones para
invalidar la rectoría de Martínez Soriano principalmente por la negación del
recurso que le correspondía a la universidad por parte del Estado, esto genera
la movilización masiva de estudiantes y trabajadores por varios meses.
El conflicto que
iniciara con una causa universitaria se desbordó para verse involucrada la
sociedad del estado, el gobierno optó por la violencia contra todas las
protestas que se venían realizando (el conflicto universitario, problemas
agrarios en Tuxtepec, una huelga de trabajadores en la ciudad y la lucha por la
liberación de campesinos y estudiantes presos en el Istmo).
El mes de febrero de
1977 fue la crisis en el estado, movilizaciones por todos los rincones que
terminaban en represiones con saldos de varios asesinados, detenidos y
desaparecidos, la cámara de diputados federal mandó una comisión para verificar
la situación en el estado, las agravantes eran tantas, pero ninguna como la que
se mostraría el día 2 de marzo, cuando una movilización de estudiantes y padres
de familia que salió de la facultad de medicina (realizando pintas con
chapopote, gritando consignas y repartiendo volantes que pedían la renuncia del
gobernador) al llegar a las esquinas de las calles de Morelos y García Vigil,
muy cerca del zócalo de la ciudad donde sería el punto final de la
manifestación, se encontraron con un operativo policiaco-militar que tenía como
propósito no dejar que la marcha finalizara, al mando se encontraban el Mayor
Leoncio Villegas Reachy y Adolfo Ferrer Lutzow (expertos en contrainsurgencia)
que dieron la orden de ¡fuego contra los manifestantes! Dicha acción demostraba
el tufo represivo del PRI-gobierno contra todo lo aquel que le cuestionaba, se
manifestaba o luchaba aún en las formas más pacíficas.
Los números de heridos,
muertos y desaparecidos de ese día no se conocen con exactitud, pero sería la
última acción del gobernador, pues un día después pediría licencia por 6 meses,
eran los tiempos de la guerra sucia y la omnipotencia de la presidencia que, en
la figura de José López Portillo (con unos meses en el poder), puso el día 3 de
marzo como gobernador del estado al General y entonces senador Eliseo Jiménez
Ruíz, el militar encargado de acabar con la guerrilla de Lucio Cabañas en el
estado de Guerrero, ahora su objetivo en el estado sería el mismo que tanta
fama le había hecho ganar años antes, acabar con toda forma de movilización
social, cargo que llevaría al pie de la letra.
Después de la brutal
represión, la rectoría de la UABJO fue arrebatada al movimiento universitario
para imponer a Fernando Gómez Sandoval (un exgobernador priísta) por
parte del “nuevo” gobierno hubo
cooptación de líderes, asesinatos y encarcelación de quienes no pudieron
comprar, entre ellos el rector Felipe Martínez Soriano (quien fue preso
político).
Así fue prácticamente el
fin de la lucha estudiantil y popular en busca de la democratización de la
universidad y del estado, pero los normalistas que habían participado de alguna
manera en dicho movimiento reventarían en los años 80´s con lo que sería la
democratización del SNTE.
Un mes después de la
represión y de la consumación del Estado priísta con el apoyo del ejército en
Oaxaca, se llevó a cabo la presentación y aprobación de la reforma política,
dicha reforma de la que ya se venía hablando en el proceso de las elecciones
del año anterior, fue la supuesta apertura
para que toda lucha social se encaminara por medio del proceso electoral, no
era lo que los movimientos buscaban, pero si era claro que el brote de
guerrillas urbanas y rurales y movimientos como el universitario en Oaxaca
obligaron al gobierno a buscar nuevas formas de sometimiento que incluso
propició las primeras victorias del Partido Acción Nacional y el registro de
partidos políticos de oposición como el Partido Comunista de México que así
podía competir por puestos en el gobierno.
Así es como este
movimiento dejó un precedente que hoy día sigue palpitando en los oaxaqueños y
por eso es bueno recordarlo y hacer honor a los caidxs, muchxs de los
participantes de aquella época siguen dando la pelea y enseñando procesos de
lucha a las nuevas generaciones, hay claro los que optaron por ceder ante el
poder.
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